Álvarez-Cascos: “Vd. está intentando eliminar a la oposición incompatibilizando arbitrariamente a ciudadanos honrados, como si el ejercicio de la política estuviera vetado a los empresarios”

“Lleva Vd. mucho tiempo practicando el juego sucio, en lugar de esmerarse en practicar el juego limpio y se caracteriza por un proceder arbitrario propio de otras épocas y de otras latitudes que repugna a todos los que creemos en el Estado de Derecho”

“Vd. mismo, conoció y aprobó dos veces en este Pleno la compatibilidad de José Antonio Martínez para ejercer su  actividad empresarial y para presentarse a los concursos de las administraciones públicas”

En la mañana de hoy, el Presidente de FORO, Francisco Álvarez-Cascos, en el turno de Preguntas al Presidente del Pleno de la Junta General del Principado de Asturias formuló la siguiente:

 

“¿Está cumpliendo el Presidente con diligencia la resolución aprobada por esta Junta General para alcanzar un acuerdo sobre el juego limpio, las garantías para la información veraz, y la transparencia en el reparto del dinero público de la publicidad institucional del Principado?”

 

Y a continuación, realizó la siguiente réplica:

“Lleva Vd. mucho tiempo practicando el juego sucio, en lugar de esmerarse en practicar el juego limpio y se caracteriza por un proceder arbitrario propio de otras épocas y de otras latitudes que repugna a todos los que creemos en el Estado de Derecho y no comulgamos con las ruedas de molino que fabrica y lanza por boca de ganso, en esta ocasión a través de la portada de  La Nueva España.

Vd. está intentando eliminar a la oposición incompatibilizando arbitrariamente a ciudadanos honrados, como si el ejercicio de la política estuviera vetado a los empresarios y quedara reservado a los funcionarios, a los profesores de universidad y a los desocupados.

La agresión cometida por Vd. y su camarilla contra diputados de este Grupo atenta, además, contra el derecho de participar en la vida pública y convierte sus acciones en una seria amenaza para la convivencia asturiana.

En el caso de José Antonio Martínez sus intenciones inconfesables las delata:

--1º, la coincidencia de día y hora de un inusual y expeditivo fax de notificación de la Consejera de Educación con la comparecencia de la Consejera de Bienestar,

-- 2º, la aún más inusual y expeditiva  revisión de oficio de un contrato ganado limpiamente en un concurso,

-- Y 3º el agravante de unas temerarias reuniones con los directores y los padres de los colegios afectados.

La conducta del Gobierno, Sr. Presidente, despide el inconfundible aroma de la prevaricación, porque cometen una injusticia a sabiendas. En concreto, Vd. mismo, conoció y aprobó dos veces en este la compatibilidad de José Antonio Martínez para ejercer su  actividad empresarial y para presentarse a los concursos de las administraciones públicas, como reza en la casilla correspondiente, que está colgada en la página web de esta Junta,  de su declaración de actividades, casilla que por cierto se olvidó de rellenar la Consejera que firmó su dimisión con amenazas.

Vd. no está dando ejemplo a la sociedad asturiana; en todo caso, está siendo un mal ejemplo. Con los casos Riopedre, Villa, Niemeyer, COGERSA, TPA, Cudillero, Pravia, Aller, Valdés, Llanes o Esther Díaz en su balance ético, el listón del que presume es lo más parecido al palo de un gallinero.

De momento, para demostrar respeto al principio de legalidad, su Gobierno está obligado de oficio a incoar expediente sancionador a su Consejera previsto en la Ley de incompatibilidades, actividades y bienes de los altos cargos del Principado de Asturias.

Me recuerda Vd. mucho, cada día más, a Napoleón. Pero no, no se haga líos mentales: no me refiero al emperador francés sino al protagonista inglés de la genial novela de Orwell ‘Rebelión en la granja’.

Espero que no le ofenderá la alegoría porque procede de un reconocido socialista que satiriza la corrupción que surge a medida que avanza el totalitarismo, hasta convertirse en una dictadura como la que implantaron Napoleón y sus seguidores en la Granja Animal, hasta acabar reduciendo los siete mandamientos de aquella sociedad a uno solo, a éste:

‘Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros’. En su ‘paraíso’ imaginario al que pretende arrastrarnos a todos los asturianos, los más iguales tienen siempre el carnet de su partido. Muchas gracias”.