La epidemia de gripe continúa su curso ascendente, si bien el aumento de la incidencia es menos intenso que en semanas anteriores, lo que parece indicar que se acerca el pico de esta temporada. En esta situación, se espera que en una o dos semanas los contagios empiecen a descender. La tasa de incidencia en la cuarta semana de enero ha sido de 514,9 casos por 100.000 habitantes. La afectación ha disminuido ligeramente entre los menores de 5 años y ha aumentado en el grupo de 5 a 14, mientras que permanece estable por encima de los 15 años.

La proporción de casos con alguna complicación en el momento de la consulta y las derivaciones al hospital desde los centros de atención primaria se mantiene en niveles bajos. Los factores de riesgo más frecuentes siguen siendo el asma y la enfermedad cardiovascular crónica, seguidos de las situaciones de inmunodeficiencia y enfermedades metabólicas como la diabetes.

La tasa global de incidencia de gripe en España ha aumentado en la última semana a 306,90 casos por 100.000 habitantes. Al igual que en Asturias, la pendiente de ascenso también disminuye respecto a la semana anterior lo que indica que probablemente se acerca el pico de máxima incidencia de la temporada. Además, se observa un incremento significativo de la incidencia en todos los grupos de edad.

La gripe es una enfermedad infecciosa, generalmente benigna, que se inicia repentinamente y puede suponer la aparición de fiebre, dolores musculares, malestar general, tos, dolor de cabeza, congestión nasal, estornudos o dolor de garganta. Está causada por un virus y se contagia muy fácilmente, por lo que es importante seguir unas buenas prácticas de higiene.

El tratamiento más adecuado consiste en aliviar los síntomas mediante analgésicos y antitérmicos. En la mayor parte de los casos, la gripe se cura sola con las medidas habituales: beber abundantes líquidos y utilizar antitérmicos y analgésicos como el paracetamol, según las recomendaciones de los profesionales sanitarios, hasta recuperarse. La vacunación anual a las personas mayores y vulnerables evita las complicaciones de la enfermedad y previene la mortalidad.

La Consejería de Sanidad realiza un seguimiento de la infección a través de la Red de Médicos Centinela que, en colaboración con el Instituto Nacional de Epidemiología y la Red de Alertas en Salud Pública, informa semanalmente sobre la incidencia de la enfermedad y vigila los tipos de virus circulantes.