Nos sobran sobran jóvenes con títulos académicos. Hay un alto nivel de preparación. Sobran cursillos de formación. Unos cursillos que solo sirven para hacer más «pre-PARADOS» y políticas demagógicas, empleados inoperantes y presupuestos «sociales» engañosos.

Se habla del espíritu empresarial, de la capacidad de empleo, de la igualdad de oportunidades, de acciones de formación ocupacional, de potenciación de nuestros recursos humanos, etcétera. Todo eso y mucho más dentro de las directivas del llamado Pacto Institucional por el Empleo (?) en nuestra querida Asturias.
Los políticos, en sus demagógicas campañas electorales, que duran siempre, presentan presupuestos para fines sociales, para la formación de los desempleados, cofinanciados por el Fondo Social Europeo o entes similares. Nos es nada nuevo. Hace más de diez años, se organizó, en la sede de la Unión General de Trabajadores, de Gijón, un curso de formación para el Comercio, en el que se entregó a cada alumno una enorme maleta de materiales, libros y documentación. Como había que gastarse el total del presupuesto, la entrega de diplomas se hizo en Madrid. Se les trasladó en avión por la mañana, en «business clas», se les sirvió una comida «de boda», se les entregaron solemnemente los títulos acreditativos y regresaron en avión, de nuevo, por la tarde.
Algún alumno comentó que si le hubiesen entregado a él las 60.000 pesetas gastadas podría haber resuelto algunos de los acuciantes problemas económicos. Al final los cursillistas siguieron en el paro.
Hoy, como entonces, se siguen prodigando desembolsos de millones de euros, tanto desde la Agencia Local de Empleo como desde otras instituciones, tanto municipales, regionales o nacionales. Los mil millones de pesetas al año en sueldos que se vienen gastando en Gijón solo es un dato indicativo de ese dispendio del dinero de los contribuyentes, que solamente sirve para fomentar puestos de trabajo burocráticos, inoperantes e improductivos.
Los cursillos que se anuncian de «animadores culturales», de prevencionistas de riesgos laborales... son un puro engaño, puesto que quienes los han hecho siguen en el paro o han tenido que emigrar, encontrando empleo en otras comunidades o en otras naciones, sin valerles el titulito para nada. Las grandes empresas prefieren ingenieros veteranos como prevencionistas y los ayuntamientos prefieren enchufados como animadores culturales.
En Gijón, como en resto de Asturias, sobran jóvenes con títulos académicos. Hay un alto nivel de preparación. Sobran cursillos de formación. Unos cursillos que solo sirven para hacer más «pre-PARADOS». Esos desembolsos de miles de euros que se vienen haciendo son una campaña electoral engañosa y muy cara. Por sus frutos los conoceréis....
Nos sobran políticas demagógicas, empleados inoperantes y presupuestos «sociales» engañosos.
Carlos Roces Felgueroso es pintor y licenciado en Derecho