Cada navidad sigue yendo con la misma ilusión. Con sus 52 años ha vuelto a pasar las vacaciones en el orfanato lejos de su casa.

Dice que le da la vida, la que pierde durante el resto del año, la que no tenemos los que
vivimos en el desarrollo.


Compra los billetes en mayo, se despide de su familia y amigos y emprende un viaje al otro
lado del mundo, donde le esperan sus niños. Ella dice que es su pandilla. La mejor pandilla del
mundo.


Sus ojos son color almendra, su estatura es mediana y su pelo rubio llama la atención al otro
lado de la montaña.


Cuando la ven aparecer, un grupo de personas se acerca a ella. “¡Es Carmen!””, dicen.
Y Carmen, con su maleta llena de historias de un mundo que no le pertenece, celebra su
cumpleaños donde cada año se queda su corazón. Donde diciembre se convierte en felicidad, y
las miserias en amor.


Dedicado a Carmen.