Omar Pardo: El almanaque de la cocina
Y no me vengan ustedes ahora a decir que no lo conocen, aunque bueno puede que los más jóvenes pues ya poco o nada, porque aunque aún quedan ya son una reliquia, que para eso están ahora los móviles que se han comido la mitad de los artilugios de antes, y no solo el calendario, sino el reloj de pulsera, el radio transistor pequeñín, la cámara de fotos, la calculadora de bolsillo...