A raíz de nueva propuesta de modificar la Ley de Montes y Ordenación Forestal del Principado de Asturias por parte del PSOE e IU, queremos mostrar nuestro malestar por lo que consideramos un ejercicio excesivo de populismo y demagogia, cuando ahora mismo el tiempo real de acotamiento en Asturias no llega a los 6 meses y se acota menos del 25% de la superficie quemada, lo que demuestra la connivencia de algunos partidos con la lacra de los incendios, favoreciendo con sus planteamientos este tipo de delitos penales contra el medio ambiente.

De acuerdo a los datos oficiales, en Asturias el año 2015 se quemaron más de 20.5060 hectáreas, lo que supuso uno de los peores años de las últimas décadas, la comunidad con diferencia con mas hectáreas afectadas de España a pesar de ser de las mas pequeñas, le sigue Andalucia con 12.650 hectareas.

Solo se acotaron 2.450 hectáreas sobre la superficie quemada en el 2015 lo que supone solo el 24% de las zonas incendiadas, lo que nos permite concluir declarando la absoluta indolencia que han mostrado nuestros representantes políticos con respecto al grave problema que asola año tras año nuestra comunidad autónoma y pese a constituir los incendios forestales el mayor atentado ecológico que sufre en la actualidad la naturaleza asturiana, amén de representar un problema de orden público de primera magnitud. Un dato que acredita la pasividad y desidia administrativa respecto a ejecutar las medidas que son necesarias para la regeneración de los montes incendiados es que nunca se llegan a cumplir los períodos efectivos de acotamiento, ya que las presiones políticas que ejercen los distintos Ayuntamientos y ganaderos contribuyen finalmente a que se levanten las limitaciones al aprovechamiento ganadero que fueron establecidas, de forma que solo se vedan las superficies quemadas hasta el momento en que brotan las primeras especies herbáceas y no cuando se constate la recuperación de las especies arbustivas afectadas o se consiga la restitución del terreno a la situación anterior al incendio. De esta manera no solo no se cumple el fin último regenerador por el que se declaró la veda, sino que el incendiario se aprovecha de los frutos de su acción delictiva, lo que constituye un efecto criminógeno y, por consiguiente, un incremento en la comisión de este tipo de delito.

De acuerdo con lo estipulado por la Ley de Montes estatal, la función social que desempeñan los montes obliga a las Administraciones públicas a velar por su conservación, protección y restauración, siendo el órgano que preside la Consejera de Agroganadería el competente para fijar las medidas encaminadas a la restauración de la cubierta vegetal afectada por los incendios forestales en los montes asturianos, incluyendo, en todo caso y con carácter imperativo, el acotamiento temporal de aquellos aprovechamientos incompatibles con su regeneración y, en particular, el pastoreo.

En el mismo sentido, la Ley del Principado de Asturias de Montes ordena a la Consejería competente en materia forestal que proceda al acotamiento al pastoreo de los montes incendiados por un plazo mínimo de un año y máximo igual al necesario para la recuperación de las especies afectadas o hasta su restitución a la situación anterior al incendio. Pese a ello, de acuerdo con los datos oficiales publicados por la administración autonómica, se viene acotando menos de la mitad del tiempo necesario una ínfima parte de los montes quemados en Asturias lejos de ser una medida desproporcionada como aducen os ganaderos, constituyen una acción insuficiente para lograr su finalidad de proteger y restaurar los montes asturianos, cada vez más castigados por la lacra de los incendios forestales provocados mayoritariamente para conseguir pastos y reducir las especies arbustivas no susceptibles de ser aprovechadas por su ganado.

Por otra parte, de las investigaciones llevadas a cabo por los organismos dependientes de la administración sobre las causas que originan los incendios forestales en Asturias se puede concluir que más del 80% de los mismos son provocados por los ganaderos que aprovechan nuestros montes de forma extensiva, por lo que tiene que hacer los partidos es ofrecer alternativas con el objeto de corregir sus hábitos de utilizar el fuego de una manera irresponsable y agresiva para con el medio natural.