Desde Equo queremos denunciar el servilismo de la Administración Asturiana en la gestión del lobo. Lejos de cumplir su obligación y actuar en favor de la conservación de la fauna y el patrimonio natural del Principado, con el nuevo Plan de Gestión del Lobo  se muestra al servicio de lobbies empresariales y sus intereses particulares.

La Administración, en este nuevo documento, se pliega a los deseos de colectivos de cazadores y determinado tipo de ganaderos. Lo hace en total oposición a lo que los estudios científicos señalan desde hace tiempo: matar lobos de forma no selectiva, no reduce el número de daños en la ganadería. Es más, los aumenta.

Esta circunstancia debería ser conocida de primera mano por la propia Consejería, ya que ha quedado fehacientemente contrastada en el Parque Nacional de Picos de Europa. En el mismo, durante un periodo reciente de tiempo, por orden judicial, no se abatieron ejemplares y se redujeron los daños de forma espectacular. Además, autorizar a cazadores para abatir ejemplares durante sus cacerías hace muy difícil el control de éstos por parte de los funcionarios y cuerpos de seguridad.
 
En lo tocante a las zonas de exclusión de lobo que ahora se aprueban, desde Equo queremos resaltar la incongruencia de la Consejería, ya que en meses precedentes manifestó su contrariedad a dicha medida. Esta decisión estaba basada, en palabras de la propia María Jesús Álvarez, en experiencias similares aprobadas en algunos puntos de Castilla y León y que acabaron en los tribunales por contravenir tanto la normativa nacional como la europea en materia de protección de fauna autóctona. Así pues, desde Equo consideramos que la adopción de esta fórmula no solo constituye un atentado contra el medio ambiente y la conservación del mismo, sino que además acabará, con toda probabilidad, en los tribunales y supondrá un gasto extra en capital y recursos humanos públicos.
 
A juicio de Equo, la gestión del lobo en Asturias se ha convertido en un esperpento. Y se ha agudizado en las últimas semanas por el confinamiento de dos cachorros en el recinto de Belmonte con el afán de contentar a un tipo de desarrollo turístico no sostenible y que no es el defendido en su programa electoral. Más aún cuando la extracción de estos cachorros de su medio ya fue de por sí discutible. Aunque la apertura del centro aún no está fijada, numerosas agrupaciones ambientalistas ya han denunciado visitas particulares sin control ni autorización alguna (entre ellas, la persona que abatió uno de los progenitores de los cachorros para su extracción). Este recinto es una muestra más, señala Equo, de la poca consideración tanto hacia el patrimonio natural como hacia el gasto público.
 
Sumado todo esto a la reciente aprobación de la nueva Ley de Parques Nacionales, que amplía hasta 2020 la autorización para cazar en la zona leonesa de los Picos de Europa, Equo advierte del grave riesgo para la especie, que puede estar siendo condenada a la extinción en un futuro nada lejano.
 
"Es lamentable que quien debe velar porque esto no suceda, califique al lobo, en una particular forma de entender el desarrollo local,  de 'mero elemento al servicio del desarrollo rural' -manifiesta Pilar Calvo, coportavoz de Equo Asturias- obviando el valor intrínseco del lobo en el ecosistema, así como el valor patrimonial que la presencia del lobo aporta a las tierras donde se establece, y más a tenor de los cuestionables resultados de su política al respecto. Declaraciones así ponen de manifiesto la total incompetencia de la Consejería para cumplir su función pública de priorizar el interés común y la protección del patrimonio, y responden únicamente a un afán electoralista manifiesto, especialmente teniendo en cuenta la proximidad de la campaña electoral”