El Consejo de Gobierno ha acordado conceder este año siete Medallas de Asturias, dos en su categoría de oro a los descubridores de la cueva de Tito Bustillo y a los centros asturianos centenarios, y el resto, de plata, a Diego Canga Fano, Jesús María Otero Hernández –a título póstumo-, el Hospital Universitario de Cabueñes, la Federación de Cofradías de Pescadores del Principado y a la Sociedad de Pescadores Las Mestas del Narcea.

La Medalla de Asturias se reserva, según la Ley Reguladora de Honores y Distinciones del Principado, para premiar méritos verdaderamente singulares que concurren en personas o instituciones cuya importancia y trascendencia para los intereses generales de la comunidad autónoma les hagan acreedores de dicha distinción.

Lo que sigue es una breve reseña de las instituciones y personas distinguidas.

Los descubridores de la cueva de Tito Bustillo recibirán la Medalla de Oro de Asturias en el 50 aniversario de su hallazgo por haber propiciado el conocimiento público de uno de los yacimientos de arte rupestre más relevantes de Europa, convertido hoy en enclave de referencia internacional por su conjunto artístico único.

Los jóvenes que integraron el grupo que descubrió la cueva el 11 de abril de 1968 son Ruperto Álvarez Romero, Eloisa Fernández Bustillo, Jesús Manuel Fernández Malvárez, Pilar González Salas, Adolfo Inda Sanjuán, Amparo Izquierdo Vallina, María Pía Posada Miranda, Elías Pedro Ramos Cabrero, Celestino Fernández Bustillo y Fernando López Marcos; estos dos últimos, ya fallecidos.

La crónica del descubrimiento parte de la intención de varios jóvenes del grupo de montaña Torreblanca de realizar una prospección de cuevas a principios de 1968. Así, programaron para Semana Santa la expedición espeleológica en la que se produjo el hallazgo. La noticia tuvo una progresión exponencial hasta llegar a los medios internacionales más prestigiosos y la valoración de las manifestaciones rupestres de Tito Bustillo obtuvo desde el principio la máxima consideración.

La muerte prematura de Celestino Fernández Bustillo, Tito Bustillo, en un accidente de montaña pocas semanas después del descubrimiento, propició que se pusiera su nombre a la cueva.

La repercusión de este acontecimiento a lo largo de las últimas cinco décadas es de una magnitud equiparable al valor artístico y al potencial turístico del enclave. La cueva fue protegida en 1970, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) en 1985, y posteriormente, en 2007, también su entorno. Desde 2008, está incluida en la Lista de Patrimonio Mundial junto con el resto de cuevas de arte rupestre cantábrico, entre ellas, varias asturianas: La Peña, en Candamo; Llonín, en Peñamellera Alta; La Covaciella, en Cabrales, y El Pindal, en Ribadedeva.

El Gobierno de Asturias inauguró en 2011 el Centro de Arte Rupestre Tito Bustillo, promovido ante la necesidad de mantener el equilibrio medioambiental de la cueva y por la dificultad de acceso a la mayoría de los conjuntos artísticos. En el centro pueden apreciarse hoy todos los secretos del yacimiento.

El descubrimiento de aquellos jóvenes montañeros aficionados a la espeleología es, medio siglo después, uno de los hitos del arte rupestre universal, además de una potente referencia identitaria del oriente de Asturias. De hecho, Tito Bustillo se ha convertido en un gran centro de atracción turística, con 43.293 visitantes y 68.767 usuarios en 2017.

El Consejo de Gobierno también ha decidido conceder la Medalla de Oro de Asturias a los centros asturianos centenarios por su importancia histórica, su labor fundamental de apoyo a la emigración y su extraordinaria vocación solidaria. También por continuar con la transmisión de valores que hacen únicas a las colectividades del Principado en todo el mundo.

Con esta decisión, el Gobierno rinde homenaje al Centro Asturiano de México, Centro Asturiano de Mendoza, Centro Juventud Asturiana de Siero y Noreña en Buenos Aires, Asociación Civil Unión y Progreso Social y Recreativa Residentes del Ayuntamiento de Degaña en la República Argentina, Sociedades, Clubes y Uniones de La Habana, Centro Asturiano de Buenos Aires, Centro Asturiano de Mar del Plata, Centro Asturiano Casa de Asturias del Uruguay, Centro Asturiano de Santa Fe, Centro Asturiano de Rosario, Centro Asturiano de Tampa y Centro Asturiano de Madrid.

Los movimientos migratorios forman parte inseparable de la historia del Principado. La necesidad de emigrar por razones económicas, sociales o por la carencia de libertades llevó a miles de asturianos a abandonar su lugar de nacimiento. Como consecuencia, en el último cuarto del siglo XIX surgieron organizaciones, asociaciones y comunidades de emigrantes que se constituyeron en espacios emblemáticos para el encuentro, la acogida y la integración en los lugares de llegada. Contribuyeron a amortiguar el choque cultural y proporcionaron seguridad para cubrir las necesidades afectivas y culturales y económicas de los emigrantes.

Desde su puesta en marcha hace más de un siglo, estas entidades han cumplido una doble función: la de conservar la identidad de quienes emigran y la de promover su integración en las sociedades de acogida. Los centros y casas de Asturias se propusieron también impulsar una red de conocimiento y mejorar las condiciones de vida de quienes se quedaron en el Principado. Así, crearon y mejoraron numerosas obras públicas de saneamiento, traída de aguas y espacios comunes en la mayoría de los concejos. Gran parte de esas sociedades realizaron intervenciones educativas y participaron en la construcción de más de 388 escuelas.

En la actualidad, más de un centenar de asociaciones, centros y casas de Asturias permanecen activos. Su contribución a la difusión y preservación de la cultura, los valores, la historia y el patrimonio regional es digna de reconocimiento. Constituyen un punto de encuentro para la nueva emigración y desempeñan un papel esencial como embajadoras de la comunidad autónoma en todo el mundo.

Diego Canga Fano recibe el galardón en reconocimiento a su trayectoria personal y profesional, inspirada en los valores fundacionales de la Unión Europea (UE), en la que ha desarrollado su carrera, y en el servicio a la ciudadanía. La distinción reconoce su talante integrador y su firme defensa de los intereses de Asturias en todos los cargos que ha ocupado, lo que le llevó a implicarse personalmente para evitar el cierre de multinacionales radicadas en el Principado.

Nacido en Oviedo en 1964, es licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo y cuenta con la licenciatura en Derecho Especial de Asuntos Europeos por la Universidad Libre de Bruselas y con el certificado en Derecho Inglés de la Universidad de Cambridge. Además, es autor de varias publicaciones sobre asuntos europeos.

Desde su incorporación como funcionario de la UE en 1991, ha desarrollado su labor profesional en las principales instituciones europeas: Consejo, Comisión y Parlamento. Así, ha desempeñando diferentes cargos, entre los que destacan el de administrador principal la Dirección General de Política Social, asistente del director general del Servicio Jurídico del Consejo, adjunto del gabinete de la vicepresidenta de la Comisión Europea, representante del Consejo ante el Tribunal Europeo de Justicia y el Tribunal de Primera Instancia de Luxemburgo, presidente de la junta de selección de concursos para administradores de la UE, jefe del gabinete del vicepresidente de la Comisión Europea; responsable de Industria y Empresas, y director de Relaciones Multilaterales y Calidad en la en la Dirección General de Agricultura. Desde febrero de 2017 ejerce como jefe del gabinete del presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani.

Diego Canga fue hace más de diez años uno de los impulsores de la asociación Compromiso Asturias XXI, de la que es miembro fundador. Organización creada por iniciativa de la sociedad civil, independiente y sin ánimo de lucro, persigue el interés y el progreso de Asturias. Su objetivo es buscar vías para que los emigrantes aporten un retorno de conocimiento y experiencia al Principado.

El médico intensivista Jesús María Otero Hernández (1947-2018), más conocido como Chus Otero, recibe la Medalla de Plata, a título póstumo, por su valiosa labor durante más de tres décadas como coordinador de trasplantes del Principado.

Nacido en Zaragoza y jubilado en 2017 después de 45 años en activo, lideró unas 1.300 conversaciones con familias para plantearles la posibilidad de donar órganos después de perder a algún ser querido. Él puso en marcha todos los programas de donación que funcionan actualmente en Asturias y gracias a su fructífera tarea la comunidad se ha mantenido siempre a la cabeza del país en tasas de donantes por millón de habitantes.

El doctor Otero trabajó siempre en colaboración con Rafael Matesanz, impulsor de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), una entidad que es líder mundial en trasplante de órganos y que en 2010 fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.

El fallecimiento de Chus Otero el pasado marzo se ha producido el mismo año en el que la sanidad asturiana conmemora el 35º aniversario del primer trasplante renal, el vigésimo del trasplante cardiaco y los 500 trasplantes hepáticos, números que confirman el éxito de los programas que impulsó junto con su equipo.

El Hospital Universitario de Cabueñes recibe el galardón, en su categoría de plata, el año en que celebra su cincuentenario como institución íntimamente vinculada al progreso de la ciudad de Gijón e historia viva de los profundos cambios que se han producido en la asistencia sanitaria asturiana desde 1968.

El centro, que cuenta con una plantilla de 2.455 profesionales, registró en 2017 más de 435.000 consultas externas, superó las 8.000 intervenciones y llevó a cabo más de 7.000 procedimientos sin necesidad de ingreso. Además, atendió a 389 personas en hospitalización a domicilio.

La Residencia Sanitaria del Doctor Gómez Sabugo, germen del actual hospital, comenzó a funcionar el 7 de agosto de 1968 en un edificio de cuatro plantas con 216 camas y cuatro quirófanos. A los servicios que ofrecía inicialmente, los de Obstetricia y Ginecología, se sumaron en el primer año los de Pediatría, Medicina Interna y Radiología. En 1972 comenzó la construcción del segundo bloque, el de hospitalización, con ocho plantas y capacidad para 400 camas.

Desde entonces, el centro sanitario ha experimentado grandes cambios, entre los que destaca la reforma integral de 1993, que costó entonces 3.000 millones de pesetas, y ha ido incorporando paulatinamente nuevos servicios para ofrecer ahora una asistencia integral a la población de Gijón y Villaviciosa.

En ese compromiso se enmarca la próxima ampliación del hospital, un proyecto presupuestado en 104 millones que permitirá ganar 119.411 metros cuadrados, el doble del espacio actual ocupado.

La Federación de Cofradías de Pescadores del Principado de Asturias recibe la distinción por su contribución al mantenimiento de la actividad pesquera, de gran trascendencia para los concejos costeros y su sector turístico y hostelero, en un momento difícil para los profesionales por las restricciones en las capturas y unas cuotas repartidas asimétricamente entre comunidades.

El estancamiento o disminución en la capturas como consecuencia de la bajada de la cuotas se une al descenso del valor económico del pescado en primera venta y, simultáneamente, al aumento de gastos variables como lubricantes, carnada, artes y aparejos. Estas circunstancias, comunes a toda la flota española, afectan principalmente a las de pequeña escala, como la asturiana, especializada en la pesca de bajura (costera y artesanal), en la que el 72% de las embarcaciones están censadas en artes menores.

La actividad pesquera sustenta a un sector mayorista constituido por medio centenar de empresas y numerosas industrias auxiliares, al tiempo que contribuye a la pervivencia de valores sociales y culturales íntimamente vinculados a Asturias.

La continuidad del entramado social y económico que conforman las tripulaciones, los mayoristas y minoristas de pescado, las rederas y empleados de talleres, los trabajadores de suministros de efectos navales y las conserveras es irrenunciable, porque de ella depende en gran medida el progreso de las localidades costeras. En este sentido, la labor de la federación, que desde 1980 agrupa y coordina a las cofradías asturianas, resulta fundamental para garantizar la supervivencia del sector.

La Sociedad de Pescadores Las Mestas del Narcea, una asociación sin ánimo de lucro fundada en 1994 por un grupo de pescadores ribereños, nació con el objetivo de conservar el ecosistema fluvial de la cuenca del Narcea, así como la fauna vertebrada e invertebrada de este entorno.

La entidad, que cuenta con cerca de un millar de asociados, gestiona también un centro ictiogénico situado en Quintana (Pravia), con capacidad para criar hasta dos millones de alevines de salmón y trucha. Los socios realizan un importante esfuerzo para repoblar con estas especies tanto el Narcea como otros ríos del Principado mediante el Proyecto Arca.

Su esfuerzo e ilusión por involucrar a los pescadores tradicionales en la repoblación del río Narcea, su singular defensa del medio ambiente y su lucha por preservar el hábitat ribereño merecen hoy el reconocimiento del Gobierno de Asturias.