La consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, y el presidente de la Fundación Oso Pardo (FOA), Guillermo Palomero, han firmado hoy un convenio marco de colaboración que reforzará la conservación de la especie y de su hábitat, y permitirá fomentar la imagen de este animal como elemento dinamizador de las áreas rurales.

Álvarez ha explicado que los cambios experimentados en la población osera y los retos a los que se enfrentan estos plantígrados “justifican la renovación y la actualización de un acuerdo cuyo origen se remonta a 2004 y que ha permitido desarrollar con éxito numerosos proyectos y actividades de conservación, investigación y educación ambiental”.

Mediante el nuevo convenio, que no supondrá obligaciones económicas para ninguna de las partes, el Principado y la fundación intercambiarán información relevante y unirán esfuerzos para favorecer cambios de actitud entre la población local y la sociedad en general, fomentando una imagen positiva del oso. En esta línea, la consejería, junto con expertos de las fundaciones Oso Pardo y Oso de Asturias, impulsa desde el pasado febrero diversas charlas sobre la convivencia de osos y humanos. El ciclo, que finalizará este mes, comenzó en Corias (Cangas del Narcea) y continuó en los concejos de Degaña, Ibias, Belmonte, Somiedo, Tineo, Quirós, Teverga, Proaza, Santo Adriano, Lena y Aller.

El Gobierno regional y la fundación también colaborarán en las revisiones del plan de recuperación de la especie y en la elaboración y ejecución de protocolos para evitar conflictos con humanos. Además, diseñarán métodos estandarizados de seguimiento genético y demográfico. Esta cooperación será especialmente importante para elaborar el censo anual de osas con crías, el instrumento más eficaz para conocer la evolución de la población cantábrica y cuya metodología ha sido aceptada por la comunidad científica. Este intercambio permanente de información facilitará realizar los seguimientos.

A pesar de que el catálogo español de especies amenazadas incluye al oso pardo entre las que están en peligro de extinción, la población de la cornisa Cantábrica ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años. Pese a ello, aún prevalecen algunos factores negativos que exigen la adopción de medidas continuas de control, como el escaso número de animales, la baja diversidad genética, la pérdida no natural de ejemplares, la fragmentación de su hábitat y los conflictos con humanos.

Según el último estudio de población, correspondiente a 2015, las cuatro comunidades de la cordillera Cantábrica (Asturias, Galicia, Cantabria y Castilla y León) contabilizaron un total de 40 osas (34 en la zona occidental y 6 en la oriental) con 64 crías (55 en el occidente y 9 en el oriente), una vez finalizado el censo que los gobiernos de estas autonomías elaboran anualmente.

De estas cifras globales, 27 osas y 42 crías se hallan en la zona occidental de Asturias y 7 osas y 13 crías en la de Castilla y León. En la zona oriental están censadas 5 osas y 8 crías, en Castilla y León, y una osa y una cría en Cantabria. En 2015 había 6 osas más y 3 crías menos que en 2014.

Del análisis del periodo comprendido entre 2000 y 2015 se desprende la consolidación e incremento de la subpoblación occidental y un escenario demográfico más incipiente en la oriental, con un ligero aumento.

La FOP es una organización no gubernamental que cuenta con una amplia y reconocida experiencia en el desarrollo de proyectos y actuaciones de conservación del oso pardo y de su hábitat, así como con una plantilla de profesionales de reconocida experiencia en esta materia.

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