La gerencia del área sanitaria III, que se corresponde con la comarca de Avilés, pondrá en marcha en las próximas semanas un plan pionero para mejorar la calidad de la atención que se presta a las cerca de 1.400 personas que viven institucionalizadas en esta zona, mayoritariamente en las 23 residencias de mayores y dependientes, tanto públicas como privadas.

Se trata de pacientes, a menudo polimedicados, que suelen padecer uno o varios procesos crónicos, lo que genera una alta concentración de necesidades asistenciales que se pueden organizar de manera más eficiente. Se calcula que más de la mitad de tienen una dependencia severa o una gran dependencia.

El Plan de mejora de la atención a pacientes institucionalizados pretende perfeccionar el control de la salud de estas personas, ordenar de modo más eficaz la actividad de los equipos de atención primaria que las atienden, aumentar la coordinación con otros dispositivos sanitarios o sociosanitarios y establecer acciones de apoyo al personal de las instituciones para el manejo de los problemas de salud de los residentes. La iniciativa aspira también a lograr una atención más homogénea, mediante pautas y protocolos consensuados entre los trabajadores de las residencias y el personal del área sanitaria.

Entre los objetivos que persigue el proyecto destaca, asimismo, la reducción de los ingresos hospitalarios de estas personas, el refuerzo de la seguridad del paciente, el establecimiento de un control más preciso del material de uso asistencial y la mejora del seguimiento farmacoterapéutico y la prestación farmacéutica.

Para apoyar el desarrollo del plan, se contará con una enfermera que actuará como gestora de casos y un médico geriatra. Ambos coordinarán el seguimiento de los pacientes con el equipo de atención primaria correspondiente, de forma que cada persona institucionalizada mantenga su médico y enfermero de referencia en el centro de salud.

La enfermera se ocupará, entre otras funciones, de controlar la situación ante posibles ingresos, planificar las altas hospitalarias y realizar el seguimiento de los casos, sobre todo si requieren cuidados de larga duración. Por su parte, el geriatra se encargará de planificar la atención conjuntamente con los profesionales de atención primaria, además de supervisar la prescripción farmacéutica y los procesos asistenciales, abordar posibles casos de deterioro funcional y coordinarse con el resto de los equipos que traten a la persona institucionalizada en cualquier fase de la enfermedad.

Los profesionales adscritos al plan se incorporarán en los próximos días, con el objetivo de que la iniciativa esté plenamente operativa en el primer semestre del año.