El Servicio de Salud del Principado (Sespa) implantará en los próximos días una estrategia que persigue mejorar la seguridad de los profesionales y frenar el aumento de las agresiones que se han registrado en los últimos años por parte de pacientes, familiares de enfermos o usuarios. Se trata, fundamentalmente, de ataques verbales, pero que en muchos casos conllevan amenazas e incluso daños físicos.

El documento Estrategia para la mejora de la confianza y seguridad de las personas que trabajan en el Servicio de Salud del Principado de Asturias, presentado hoy por el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, propone varios objetivos:

   - Favorecer la comunicación entre los profesionales del Sespa y los pacientes.

   - Disminuir el número de incidentes que ocurren en los centros sanitarios y su gravedad.

   - Mejorar la percepción del trato recibido por parte de los pacientes.

   - Implantar un modelo de formación en competencias profesionales que aumente la seguridad y confianza de los usuarios.

   - Revisar y adecuar el proceso de notificación y registro de las agresiones.

   - Colaborar con entidades públicas y con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado para aprovechar su experiencia y conocimientos ante situaciones complicadas.

   - Adecuar la metodología de trabajo sobre la experiencia de los pacientes a las necesidades actuales.

   - Incorporar nuevas tecnologías que minimicen los riesgos ante situaciones conflictivas.

   - Difundir entre la opinión pública la necesidad de un cambio en ambas direcciones para mejorar el trato y la relación entre usuarios y personal sanitario.

Para conseguir estos fines, se plantean cuatro líneas de trabajo diferenciadas: evitar situaciones difíciles, reducir daños, mejorar la notificación y el registro de las agresiones y aprender de la experiencia. Cada una incluye varios objetivos operativos, hasta once en total, así como las tareas concretas que se van a desarrollar y los indicadores para su evaluación.

“No hay absolutamente nada que pueda justificar una agresión al personal sanitario, pero conocer los procesos por los que se producen puede ayudarnos a prevenirlas, porque detrás de esa violencia se esconde un entramado de causas de gran complejidad que favorece las situaciones de conflicto en momentos de dolor y sufrimiento de las personas”, ha subrayado el consejero durante la presentación.

En 2016, último año para el que se dispone de una serie completa de datos, se produjeron en Asturias 234 agresiones a profesionales del Sespa, más que la suma de los dos ejercicios precedentes. La mayor parte fueron ataques verbales (147), físicos (43) y amenazas (34). Hubo, además, otros diez de diferentes categorías.

Las mujeres fueron víctimas de la inmensa mayoría de los agravios, con 196 casos en total (83,7%), frente a los 38 que afectaron a varones. Por el contrario, el 60% de los agresores fueron hombres.

Por categorías, la mayoría de agresiones afectan al personal de enfermería, con 89 casos (40,3%), profesionales de la medicina (76 casos y un 34,8%), personal no sanitario (23 y un 10,5%) y otras categorías profesionales (46 casos y un 21,1%).

Esta realidad no difiere mucho de la de otras comunidades autónomas o países próximos. Según datos de la Organización Médica Colegial, Asturias se sitúa por debajo de la media nacional, con 2,02 agresiones por cada 1.000 facultativos colegiados, con una incidencia acumulada de 1,75. Esta estadística también pone de manifiesto que la mayoría de las víctimas son mujeres. 

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