Oblanca: “El Gobierno debe ser firme en la Cumbre Europea frente a los aranceles de Trump al acero y al aluminio, en defensa del libre comercio mundial y en contra del neoproteccionismo norteamericano”

“Las amenazas de Trump pueden ser la espoleta para una guerra comercial de consecuencias imprevisibles para la industria metalúrgica, y también para otros sectores que pueden verse arrastrados”

“Asturias es sede de alguna de las principales empresas metalúrgicas mundiales y la aplicación de la política proteccionista anunciada por el presidente de EE.UU. puede conllevar a consecuencias muy negativas”

El diputado nacional de FORO, Isidro Martínez Oblanca, reclamó esta tarde al Gobierno que muestre ante la Unión Europea “firmeza frente a los aranceles de Trump al acero y al aluminio, en defensa del libre comercio mundial y en contra del neoproteccionismo norteamericano; y que de respaldo a las declaraciones de los principales dirigentes europeos, como las del presidente del Consejo Europeo, que ya ha advertido de los severos riesgos de las guerras comerciales y sus impactos negativos en el comercio mundial”.

Durante la comparecencia del secretario de Estado para la UE, Jorge Toledo, para informar sobre el Consejo Europeo, Oblanca hizo referencia a la preocupación “por las amenazas del presidente de los EE.UU., Donald Trump, de aplicar aranceles al acero y al aluminio; nuestro Gobierno debe dejar constancia de la posición española frente a este anuncio que puede ser la espoleta para una guerra comercial de consecuencias imprevisibles para la industria del acero y del aluminio, y también para otros sectores que pueden verse arrastrados”.

“En España –recordó- tenemos importantes comarcas de población que tienen en la siderometalurgia el principal eje socioeconómico, ya que miles de puestos de trabajo directos e indirectos dependen de él. Asturias es sede de alguna de las principales empresas metalúrgicas mundiales y la aplicación de la política proteccionista anunciada por el presidente de los Estados Unidos puede conllevar a consecuencias muy negativas”.

Intervención de Isidro Martínez Oblanca en la Comisión Mixta para la Unión Europea :

Muchas gracias, señora presidenta:

Quiero agradecer al secretario de Estado para Asuntos Europeos su comparecencia previa al Consejo Europeo de primavera.

Como la reunión de los jefes de estado y de gobierno se va a centrar sobre asuntos económicos me permitirán que haga especial referencia a la creciente preocupación derivada del anuncio del presidente de los EE.UU., Donald Trump, de aplicar aranceles al acero y al aluminio. Ya subrayé esta cuestión en la comparecencia que el Ministro de Exteriores celebró ayer ante esta misma Comisión, pero quiero insistir porque considero necesario apelar a la presencia de nuestro gobierno y de su presidente en la reunión de Bruselas para que dejen constancia de la posición española frente a este anuncio del presidente norteamericano que puede ser la espoleta para una guerra comercial de consecuencias imprevisibles para la industria del acero y del aluminio, y también para otros sectores que pueden verse arrastrados.

En España tenemos grandes e importantes comarcas de población que tienen en la siderometalurgia el principal eje socioeconómico ya que miles de puestos de trabajo directos e indirectos dependen de él. Asturias, mi comunidad de procedencia, es sede de alguna de las principales empresas metalúrgicas mundiales y la aplicación de la política proteccionista anunciada por el presidente de los Estados Unidos puede conllevar a consecuencias muy negativas. Creemos que España debe trasladar a la Unión Europea su firmeza ante los aranceles y el efecto arrastre en los mercados europeos y damos por hecho que en el marco de las reuniones de mañana y pasado mañana se abordarán aspectos comerciales y consideramos que hay que respaldar las declaraciones de los principales dirigentes europeos como las del presidente del Consejo Europeo que ya ha advertido de los severos riesgos de las guerras comerciales y sus impactos negativos en el comercio mundial. Cito textualmente sus palabras ante la amenaza de la política proteccionista: “Debemos tener en mente un objetivo claro: mantener vivo el comercio mundial.

Otro de los aspectos de la reunión del Consejo girará sobre el empleo, el crecimiento y la competitividad. En España vamos bien pero hay un sector de la población que no lo percibe y se lo digo desde una Comunidad que, año tras año, ocupa el último lugar en la tasa nacional de población activa (es decir la que refleja la cifra de asturianos que trabajan o que buscan trabajo), que tiene unos indicadores oficiales muy pobres y unas perspectivas que no se aproximan ni de lejos a la media nacional, y que se ha incorporado al bloque menos competitivo de la región europea medido en el Indice de Competitividad de las Regiones elaborado por la Comisión Europea.

Hay varias Comunidades Autónomas españolas que aún están lejos de la convergencia europea y que precisan de las ayudas y los fondos europeos para avanzar hacia ella. Resulta preocupante escuchar que las secuelas de la salida del Reino Unido tendrá impacto en los fondos de cohesión porque eso significará el retraso para alcanzar la convergencia y eso será un obstáculo para nuestra competitividad y, por lo tanto, para la creación de empleo que es la principal prioridad para España y un elemento clave para el sostenimiento del sistema público de pensiones o para reducir las desigualdades, por ejemplo.

Por lo tanto cuando se apruebe la Recomendación sobre la política económica de la zona Euro el Consejo debería ser un poco más pedagógico para evitar que el innegable éxito en la prevención y corrección de los desequilibrios macroeconómicos sea mal interpretado por aquellos que aún no perciben sus resultados y, en este sentido, valga observar el creciente número de euroescépticos.

Vemos bien que se avance en el compromiso para crear una Autoridad Laboral Europea. Es verdad que veríamos mejor que el flujo de personas que se desplazan a trabajar a otro país distinto del suyo no fuese por circunstancias socioeconómicas de pura supervivencia, pero en diez años se ha duplicado en Europa la cifra de personas que trabajan fuera de su país de origen (hablamos de 16 millones) y resulta necesaria esa Autoridad Europea para supervisar y garantizar la movilidad, la salud laboral y, en definitiva, el cumplimiento de las normas y directivas en materia laboral.

Finalmente, en el Orden del Día de la reunión del Consejo Europeo habrá también una oportunidad para debatir sobre fiscalidad en lo que respecta a la economía digital y llega en un momento en el que Wall Street y las bolsas europeas acaban de sufrir un terremoto a costa de la falta de seguridad de Facebook y su caída en bolsa. Cuando hablamos de fiscalidad de la economía digital hablamos de un reto muy complicado por lo que tiene el adaptar las reglas tradicionales a este nuevo mundo de cambios tan profundos en los que ya se está hablando, incluso de criptomonedas y cada vez con mayor frecuencia y énfasis.

Estamos ante una ingeniería fiscal de grandes compañías que en España, por ejemplo, pagan una cantidad ínfima en impuestos pese a que obtienen en nuestro país enormes beneficios. Y ya no solo es cuestión fiscal, es que también hablamos del daño que se causa a nuestras empresas –singularmente pequeñas y medianas, que es donde se genera el mayor volumen de puestos de trabajo y que deberían recibir especial protección porque no pueden competir en condiciones de igualdad con los monstruos tecnológicos. Creemos que Europa debe tomar cartas en el asunto y España debería urgir a que se apliquen unas normas regulatorias comunes a todos los países miembros.

Por mi parte nada más. Le reitero la gratitud al Secretario de Estado por su comparecencia y por sus explicaciones.

Muchas gracias.