Civismo

Esta es una muestra del civismo que algunas personas muestran con el mobiliario público urbano y las distintas actuaciones que se emprenden a diario para mejora del concejo.

Los hay insistentes. La marquesina del autobús de al lado de la Igleia de Colunga es objeto permanente del vandalismo.

Hace seis meses se repusieron todos los cristales, rotos en su totalidad y se cabiaron por otros de policarbonato.

Hace unn mes se cargaron el grande trasero. Hace unos días le siguió un lateral.

Mucho nos tememos que en breve se carguen el otro lateral, de cara al verano, para que haya suficiente ventilación, imaginamos.

Como muestra de la terquedad e insistencia de alguno basta con mostrar la imagen de portada.

A las 9,30 se dió por finalizado un trabajo de restauración de un trozo de acera y bordillo, rotos hace tiempo y que suponían un peligro para los viandantes.

A las 11, antes de fraguar, a pesar de estar señalizado y tapado con unas tablas, las retiraron y estamparon una bonita y nítida huella del 39-40 sobre la reparación.

A las 14,10, tras volver a picar la reparación anterior se procedió a una nueva reconstrucción con morteros rápidos, tapando el trozo de acera con tablas y protegiendo el bordillo con un gran split de hormigón debidamente señalizado para evitar impacto de ruedas de coche.

Pero no, no fue un coche. Nuevamente el depredador del 39-40 volvió a estampar su huella, que dejaremos ahí para visión general.

Todo ello a plena luz del día y, seguro, con expectadores mudos