Tradiciones populares de la parroquia de Lastres.
EL XIGANTE y todo eso…
No sé si habré pecado de modestia por haber iniciado este “post” con un título tan simple. Lo digo porque eso de un título sonoro y rimbombante quieras o no siempre realza la cosa, eso está muy claro.
Que sea o no por la mala costumbre generalizada de no leer, o leer sólo el título y ver los “Santos” pues ya es otro cantar pero el hecho es que realza, vaya que sí, o sea que quizá debiera haberlo iniciado con un molón: “Análisis Socioantropológico de las Tradiciones Populares” que recuerdo haber visto por ahí, porque eso no se me ocurre a mi ni de coña, claro, pero pensándolo bien el riesgo de que te corran a gorrazos por semejante pedantería me quitó la idea de la cabeza, ya ven, pero bueno, al asunto:
Que si asisten en Asturias a un festejo tradicional “de prau” por norma general de los muchos que se celebran a lo largo del año en toda su geografía está participando y disfrutando de ese esparcimiento y forma social de celebración sin más, pero si se acerca un poco más al trasfondo de la fiesta puede sin duda en la mayoría de los casos intuir un transfondo ritual, un sentido incrustado dentro de los ciclos originales de la naturaleza, ciclos ancestrales que la Iglesia no hizo sino adecuar y adaptar de los ancestrales ritos paganos.
La originalidad de estos ritos festivos se explicaría por la pervivencia del sustrato cultural precedente que nos remite a cultos paganos, ordenando el paso de las estaciones y las tareas de la vida tradicional (campo, ganado y mar)
En la austeridad de tal rutina, el día festivo era una excepción a la que el pueblo se entregaba con ánimo excepcional puesto que se esperaba todo el año
En este contexto, el fuego es un elemento ritual de primordial importancia, puesto que entre otras cosas destruye lo viejo para renacer de las cenizas a una nueva vida entre otras muchas cosas…
El festejo, hoy, en entornos sociales y culturales bien diferentes a los antiguos por la lógica evolución de los tiempos expresa la identidad grupal colectiva, ayuda más o menos a potenciar la sociabilidad y permite o debiera permitir en teoría fortalecer los lazos de vecindad, de amistad en una sociedad competitiva individualista, deshumanizada y todo eso tan bonito que la masonería demokkrática nos vende…
Lo de las candelas, el fuego purificador, la festividad de La Candelaria en su parroquia que tiene que ver y mucho con el origen del nombre de su localidad lo dejo para otro día, o no…
Bueno, ya veré…
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