¿Por qué veo aún rasgos de la página 1357 del BOE número 62 en el discurso político de la España actual?

En el documento aludido, la jefatura del Estado, conocedora de los responsables de la decadencia de España: “las sociedades secretas de todo orden y la fuerzas internacionales de índole clandestino”, inicia una caza de brujas, para proteger “las saludables reacciones populares y el heroísmo de nuestras Armas” y devolvernos la gloria que nos pertenece.

Los enemigos denunciados culminaron “en la terrible campaña atea materialista, antimilitarista y anti española que se propuso hacer de España satélite y esclava de la criminal tiranía soviética”.

¿Por qué la Ley? Porque, “al levantarse en armas el pueblo español, contra aquella tiranía, no cejan la masonería y el comunismo en su esfuerzo”. Suena a rancio ¿verdad? Pues ahora encontramos un jefe de gobierno que afirma habernos salvado del abismo a que nos ha llevado constantemente, la oposición y nos previene contra el caos al que quieren llevarnos los populistas, al servicio de intereses de otros Estados. También estas reflexiones están acompañadas de Leyes que repriman a los “culpables”

Claro, que ahora estamos en la UE y el problema es el terrorismo islámico, ¿verdad usted? Se invoque a quien se invoque, se crean leyes severas para proteger el régimen, el orden. Se protege a los ciudadanos contra la herejía que les llevaría a la ruina. No me extrañaría nada que los Tribunales de la Santísima Inquisición sirvieran de inspiración.

Hay indefinición de los enemigos perseguidos, aunque ya no se nombra a masones y a comunistas, se aplican más máximas penas y se intenta arrebatar el control de la justicia, dandolo a la “administración”, al calificar algunos hechos perseguidos como faltas administrativas.

Yo o el caos antes y ahora, ambos términos funcionan como verdades absolutas; no han cambiado sino las imágenes, lógico en los nuevos tiempos; por lo demás, seguimos igual. No es que me extrañe, pero quería contarlo, porque hoy es el 1 de marzo y porque la otra parte, los vencidos, siguen condenados a no contar su verdad.

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