Es sorprendente que el BCE haya decidido abandonar la deuda griega cuando jefes de gobierno de Estados miembros y el Parlamento Europeo han iniciado, con muestras de simpatía, negociaciones sobre el pago de la misma y sobre la ineficacia de las políticas de la UE. Es un chantaje inadmisible.

Es de un descaro que viola el meollo mismo de la democracia;, el banquero de la UE irrumpe en las negociaciones de los gobiernos y de los representantes de los ciudadanos. No podemos tolerarlo.

Exijamos que se cumpla el Tratado de Roma y desde luego, éste atribuye poderes que debería ejercer, en este momento, el Parlamento Europeo o más bien, los ciudadanos que el organismo dice representar. Me refiero a nosotros, claro que los franceses, italianos, españoles o suecos, tenemos que hacer comprender a nuestros representantes y gobernantes que no estamos dispuestos a tolerarlo.

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