Temblarás y crujirás de los dientes. Por Carlos Ortíz de Zárate

Este domingo los ciudadan@s francés@s viven un calvario: neoliberalismo feroz o extrema derecha.

Much@s hemos sufrido la última y los horrores han dejado huella. La democracia está en peligro. Si fuera francés, estaría hecho un lío: hay que impedir que el FN gane las elecciones y también Macron me parece una amenaza para los Derechos Humanos que hemos heredado de generaciones que los conquistaron con sudor y sangre.

En una democracia sana no debería votar por el miedo y, en segundo lugar, como indicaba en el artículo “La France”, publicado recientemente en este medio, el voto a Macron cimentará sólidamente el FN, que captará los votos de las víctimas de los recortes.

Creo que me abstendría por coherencia democrática; para no repetir la práctica del pacto de Múnich, que servía como excusa a unos para aislar a los dos bandos, y a la extrema derecha para preparar su armamento para la II Guerra Mundial.

Aquello sí que fue violación de la democracia; viven aún algunas de las víctimas, en Guernica, por ejemplo. Por otra parte, Macron no necesita más apoyo; el discurso del miedo es suficientemente impactante como para asegurarle la victoria.

Todas las últimas encuestas permitidas antes de las elecciones auguran su triunfo: Ifop, 63%; Elabe, 62%, Harris Interactive, 62%; Ipsos, 61,5%. La única alternativa es liberarse del discurso del miedo.

No votaría a Macron y después intentaría que la abstención sirva para algo más que para disminuir los votos de Macron; había al inicio de la campaña, un proyecto de presentar una candidatura abstencionista, que reclamaba una constituyente; lástima que no funcionara, pero nunca es tarde para hacer jugar un papel a la abstención.