Exposición de Carmen Cabaneiro en Gijón,

La exposición se inicia el 3 de agosto y estárá hasta el día 29 en el centro de El Coto, Gijón.

Mujeres desnudas, desposeídas del cabello y de otros de sus rasgos más personales y diferenciadores _símbolos de identidad_, rodeadas de textos o poemarios de vida, y formalizadas en cerámica sobre maderas azuladas y rojizas…; se nos presentan como protagonistas, centro, rumbo y punto de partida en esta exposición. Bajo el título Mujer: rosa de los vientos, Carmen Cabaneiro recoge una serie de obras que nos sitúan como centro del conjunto, como corazón de los cuatro puntos cardinales y entraña de la muestra, invitándonos con ello a buscar nuestra particular reflexión existencial.

La autora, nos abre la posibilidad de ver un nuevo y diferente camino que recorrer. Un trayecto al que dirigirnos en primera persona, mirando hacia nuestro interior, sopesando lo que tenemos y lo que ya vivimos, llevándonos con ello hacia un posible crecimiento interno o evolución espiritual. Esto lo hará a través de elementos que son característicos en su hacer artístico: la fragmentación y la seriación, la reproducción de elementos del cuerpo humano _como rostros, manos y pies_, la introducción de pequeños textos o poemas reflexivos de su autoría _que muestran sus inquietudes desde el territorio lingüístico_, etc.

Tal y como lleva haciendo durante décadas, combinando siempre sus dos facetas profesionales, artista plástica y filósofa, esta creadora de la “Terra Chá”, da forma a su pensamiento a través de la escultura en cerámica. En esta ocasión vuelve a crear pequeños espacios de recogimiento para enfrentarnos a lo que más nos aterra, a nosotros mismos. Da igual que seamos hombre o mujer, ella va más allá de eso, de sexos, más allá de las carcasas o cárceles corporales que nos envuelven, de las apariencias, de la raza... Lo importante es que cada uno encuentre su camino, el suyo propio, y que podamos percibir la esencia de lo que somos, de nuestra naturaleza humana, o lo que muchos pensadores denominaron como “verdad” desde la antigüedad. 

Y en este punto me gustaría recoger alguna de las citas más célebres del filósofo y poeta alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) que justamente reflexionan acerca de estas cuestiones: “El individuo luchó siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo”. Nietzsche filosofó en sus múltiples obras escritas, acerca de las actitudes morales, tanto positivas como negativas, del ser humano frente a la vida. Justamente, en su obra Ditirambos de Dionisio, recoge ese enfrentamiento interno entre la parte racional que nos conforma, representada por Apolo, dios de la norma, y la parte impulsiva o pasional, personificada en Dionisio, o dios del vino y de la fiesta. Por un lado se presenta la claridad, la armonía, el equilibrio, la medida, la moderación, la perfección, la coherencia... es decir, lo aparente; frente a la confusión, la oscuridad, el riesgo, la embriaguez, lo que nos aterra y lo que callamos de cada uno de nosotros... es decir, el caos.

“Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que perdió de forma extraordinariamente peligrosa su intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz”. Esta cita recoge claramente esas nociones confrontadas, duales, que trataba de resaltar.

Y justamente con una de las alegaciones del alemán quiero terminar esta pequeña introducción a la muestra, emplazándoos a visitarla e invitándoos a que recorráis los posibles caminos a los que cada una de las piezas presentes os puede llevar. Siendo vosotros el único compás que vos sepa guiar. “Siempre hay un poco de locura en el amor, pero siempre hay un poco de razón en la locura”.