En una tarde plenamente lluviosa, evocadora de nuestra Asturias, se celebró el acto de entrega del título de Presidente de Honor del Centro Asturiano de Madrid a D. Sabino Fernández Campo, que fue presidido por D. Cosme Sordo Obeso, Presidente del Centro Asturiano.

El acto contó con la presencia de numeroso público entre el que se encontraban las Manzanas de Oro, Dª. Mª. Teresa Álvarez, D. José Manuel Álvarez Rendueles, D. Efrén Cires, D. Ramón Colao, D. Álvaro Cuervo, Padre Ángel García, D. Amaro González de Mesa, D. José Luis Iglesias, D. Aurelio Menéndez, D. Ramón Muñoz, D. Francisco Rodríguez y D. Fernando Suárez, las Madreñas Astur-Leonesas, Dª, Mary Paz Pondal y D. Pedro Argüelles, y otras personalidades, entre las que destacaban D. Rafael Puyol, D. José Luis Rodicio y D. Javier de Montini.

Abrió el acto D. Cosme con unas palabras en las, después de hacer una revisión a la dilatada y fructífera biografía de D. Sabino, que según sus palabras es el asturiano más relevante de la última centuria, justificó su  nombramiento por tres razones fundamentales: su ingente labor en favor de España a lo largo de toda su vida, su colaboración en la creación de la Fundación Príncipe de Asturias y el extraordinario apoyo que siempre ha prestado al Centro Asturiano en el desarrollo de todos sus proyectos. Finalizó sus palabras D. Cosme leyendo un verso de producción propia como homenaje a “San Sabino de Latores”.

Dª. Pilar Riesco, Secretaría General del Centro Asturiano, procedió a la lectura de un largo rosario de adhesiones enviadas por distintas personalidades de la vida política, económica y social asturiana que expresaban apoyo al homenajeado y su sentimiento por la imposibilidad de asistir al acto. Después, entregó un ramo de flores a Dª. Mª. Teresa Álvarez, esposa de D. Sabino.

En la mesa, de izquierda a derecha, Don Aurelio Menéndez, el Padre Angel García, Don Sabino Fernández Campo, Don Cosme Sordo, Don Francisco Rodríguez y Doña Pilar Riesco.

A continuación, D. Sabino comenzó su intervención saludando a los asistentes al acto y agradeciendo al Presidente y a la Junta Directiva del Centro su nombramiento como Presidente de Honor que le honraba y llenaba de orgullo y satisfacción, afirmando que merece la pena vivir noventa años para ser nombrado Presidente de Honor de esta centenaria institución que representa a Asturias en Madrid y de la que ha recibido todos sus galardones, recordando al Presidente que le solamente le falta el de “xanina”. Después recordó su ingreso en el Centro Asturiano en la calle Arenal, bajo la presidencia del afamado restaurador D. Félix Fernández, haciendo repaso a numerosas anécdotas relacionadas especialmente con la sidrería situada en el sótano del edificio que estaba regentada por Angelín de Tuto. También recordó su relación con D. Valentín Andrés y su primera intervención en un acto del Centro en la entrega de una insignia a D. Alfonso Iglesias. Finalizó sus palabras, llenas de emoción, con una referencia a la gran actividad desarrollada por el Centro Asturiano bajo la presidencia de D. Cosme Sordo, al que catalogó como un gran luchador, asturiano cabal y amigo verdadero.

Cerró el acto D. Cosme agradeciendo a la Junta Directiva su colaboración y trabajo en el devenir del Centro, para la que pidió un aplauso, y después de agradecer a todos los asistentes su presencia dio paso al “vino” que puso broche de oro a este entrañable acto.