Se llevará a cabo en la localidad de Torazo, reciente Pueblo Ejemplar de Asturias, el domingo 14 de Junio.

FESTIVAL DE LA BOROÑA DE FORNA

TORAZU (CABRANES), OFRECERÁ  ESTE DOMINGO LA MEJOR BOROÑA

El Pueblo Ejemplar de Asturias 2008, agasajó con boroña a los Príncipes de Asturias, durante su visita a Cabranes

El programa de este año

El programa de actos se iniciará a las 11 h con el mercau tradicional de artesanía y productos agroalimentarios en el Campu de Nuestra Sra. de la Sienra. Desde las 12 pasacalles folclórico a cargo de Los Yerbatos de Bimenes. Y a las 12:30 h, se ofrecerá el pregón a cargo del cocinero de la TPA, Cristian Gonzalez, del programa “El gusto es mío”.  Y a las 13:30 h, comenzará el reparto de la boroña. La organización aconseja adquirir previamente los vales en los establecimientos colaboradores. A las 5 de la tarde, será el turno del teatro costumbrista a cargo del grupo  Ensin Reparu de Piloña, que represenrarña dos obras cortas “Petición de mano” y “ La declaración”.

La Asociación Cultural Incós cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Cabranes, del Gobierno del Principado y de la Parroquia de Torazu, y la Asociación El Berizu; y con el patrocinio de Caja de Asturias y de Hostería de Torazo. Desde el Ayuntamiento, el Alcalde de Cabranes, Alejandro Vega Riego señala que “hemos impulsado este festival como un elemento más para la promoción de Cabranes”

Datos

El pueblo cabranés de Torazo, ha logrado en los últimos años una transformación que es evidente nada más llegar al precioso paraje que domina las praderías y bosques que lo rodean bajo la atenta mirada del Monte Incós. Pero, a la vez, el pueblo conserva la esencia de los pueblos tradicionales asturianos. Y una de estas tradiciones es la gastronómica, con la boroña de forna como reina. Once años ya del Festival de la boroña de forna de Torazu. La iniciativa, ha alcanzado en los últimos años gran éxito desde que 2004 se trasladara a una carpa que se instala en el Campu de la Sienra. Se promociona así una tradición de Torazu, donde, además del domingo de Pascua, se prepara también boroña en la llamada “Pascuina”, cuarenta días después de la pascua. Y desde hace diez años, también para el festival de la boroña, gracias a que en Torazo se conservan en uso, les fornes  tradicionales, y los vecinos conservan el secreto de amasar y roxar les boroñes como en ningún otro sitio.

La boroña tuvo un papel destacado en los actos organizados con  motivo de la entrega del Premio Pueblo Ejemplar de Asturias a Torazo. De hecho, los Príncipes pudieron visitar una forna, recibieron explicaciones del proceso y por supuesto probaron la boroña, acompañada de buena sidra. Les encantó y las imágenes de los Principes degustando boroña dieron la vuelta al mundo

La historia de la boroña como elemento de la gastronomía tradicional de Asturias, se remonta a la llegada del maíz llega a Asturias a finales del s. XVI . La primera cosecha que se logra es en el año 1605. No tardaría mucho en llegar a Cabranes y ello daría como consecuencia un cambio en los hábitos alimenticios de los cabraneses y aportaría el corredor a los hórreos. El Diccionario de Madoz, mediados del s. XIX, nos dice que en la parroquia de Torazo había 8 molinos harineros, empleados sin duda en la escanda y el maíz, cultivos típicos de la parroquia de Torazo. Ahí sino las “irias” de Bañenes y Payao, en Torazo; Cambaroso, en Castiellu; Iría, en Cervera y Camonal, en La Parte, famosas y reconocidas por lo fértiles que resultaban.
Para la boroña, se emplea harina de maíz blanco, que se trabaja con agua caliente  añadiéndose conforme la masa se hace más grande. Una vez lograda, se emplea como recipiente del  “compangu” (chorizos, jamón, panceta, lengua, tocino). Se cierra con el resto de la masa, es decir se pone la tapa. Todo ello se envuelve con hojas de berza, que se sujetan con tiras de “espadaña” . Todo este proceso es cosa de las “amasadoras” y cada una tiene su estilo que las define claramente. Unas más picudas, otras más aplastadas, pero siempre han de respetar el tamaño de la boca de forna.

Y llegamos a uno de los elementos que hacen a la boroña de Torazo especial: les fornes. En este pueblo se ha logrado conservar estos elementos del patrimonio etnográfico de Asturias.  Es el horno donde se cuecen las boroñas, el pan o incluso asados de carnes.  Los encargados de tal menester, son los “roxadores”. Resulta ser de forma cilíndrica y de construcción sólida –sin chimenea para que no haya pérdida de calor- con piedra al exterior y en la base y teja o ladrillo macizo recubriendo la parte interior.
 El laborioso proceso hasta lograr la boroña de forna, que se hace durante todo el días antes, lo resume José Antonio Rozas, de la Asociación Cultural Incós del siguiente modo:  “encender la forna sobre la una de la tarde; las seis, meter las boroñas;  las nueve, “palpar”. A partir de  las doce de la mañana del día siguiente, ya se pueden empezar a sacar en función de la hora de la comida.
Y llega el momento de  la alegría, la desilusión o la rabia. Son las horas de la incertidumbre para los “roxadores”. Sacarlas y quitarles las berzas que las recubren y ver su estado, lo dice todo. O mandas corriendo a la gente que prepare nueva comida o por el contrario el ver su color o testura, aplacará los nervios de comensales, amasadoras y roxadores”