La sociedad de pescadores del Cares-Deva ha presentado ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico dos escritos solicitando la mejora de las instalaciones de las presas de Poncebos y Niserias.


El colectivo advierte de que este último embalse no cumple con las condiciones que marca la ley por lo que pide su reparación. «La situación de la presa de Niserias dificulta la migración ascendente en el ciclo de los salmones y reos para desovar que pretende garantizar la ley», advierte el documento. Es por eso que el presidente de la agrupación, Nicolás Sánchez, insiste en que es necesaria la reparación ya que «desde hace varios años no hay agua suficiente para que los peces puedan remontar, debido a importante filtraciones».

En el caso de la presa de Poncebos el problema viene generado por los desprendimientos de rocas en las rutas de montaña. «A pesar de contar inicialmente con una altura de 7 metros, en la actualidad no hay más que 2 o 3 debido a la gran acumulación de áridos», explica Sánchez. La capacidad del embalse está disminuyendo, con el peligro que eso supone para posibles desbordamientos. «Es necesario extraer esta acumulación de piedras, aprovechando además que la central hidroeléctrica de Arenas de Cabrales se encuentra paralizada, lo que evitaría el deterioro del cauce río abajo».