A mayor digitalización, más basura electrónica

Se estima que cada año se genera 1 tonelada de basura electrónica en España. Y es que actualmente casi la totalidad de nuestro día está atravesado por el uso de aparatos electrónicos: desde el café de la mañana hasta poner una lavadora.

En el afán de tener siempre lo último y de la comodidad, estamos generando más basura electrónica cada año. Pero también es verdad que hoy en día es más fácil que nunca reparar un dispositivo. Es muy sencillo encontrar repuestos y piezas, como un ventilador 120x120, para reparar o renovar dispositivos electrónicos.
Reparar y alargar la vida útil de los dispositivos es una de las mejores formas de reducir la basura electrónica que generamos. Y para ello es indispensable combatir con la obsolescencia programada, que es una práctica de algunas empresas en las que crean dispositivos que dejan de funcionar correctamente después de un tiempo determinado para que debamos reemplazarlos.

Para dar una respuesta a este gran problema, en el año 2021 entró en vigor en la Unión Europea el “derecho a reparar”, una normativa que obliga a los fabricantes de electrónica a contar con piezas de reparación de repuesto por un período mínimo de 10 años. Con esta normativa, se pretende combatir la obsolescencia programada y también facilitar la reparación de estos dispositivos, ahorrando también dinero a los usuarios.

Los equipos electrónicos son una necesidad

Hoy en día, debido a la digitalización de los negocios y la economía, los equipos electrónicos son una necesidad. Por lo que promover un consumo más responsable, la reparación y la correcta gestión de estos residuos es el único camino posible.

Una de las primeras medidas es el consumo responsable, es decir comprar los aparatos electrónicos que realmente necesitemos. Otra forma de consumir responsablemente es optar por los equipos de segunda mano, evitando que estos dispositivos terminen en la basura y ahorrando algo de dinero.
La reparación es otro de los grandes aliados en la reducción de la basura electrónica, con la que podemos alargar la vida útil de los equipos y evitar su reemplazo. Incluso hay infinidad de vídeos y tutoriales sobre cómo reparar distintos dispositivos en casa. Pero también es necesaria la creación de puestos de trabajo especializados para reparaciones electrónicas, ya que en ciudades más pequeñas esto es difícil de encontrar.

Y para romper con este ciclo de la basura electrónica, también es indispensable generar más conciencia sobre las consecuencias del consumo excesivo de productos electrónicos. Con incentivos y programas gubernamentales, es posible cambiar la forma en la que consumimos.

En el Principado, el Consorcio para la Gestión de Residuos Sólidos de Asturias (Cogersa) lleva años concientizando sobre la gestión de residuos. Desde el 2005 organiza un programa de educación ambiental en distintas escuelas de la región, en donde se habla sobre el consumo responsable, la separación de residuos y el aprovechamiento de los recursos como partes esenciales de un modelo de desarrollo sostenible.

Una mejor gestión de residuos

Aunque lo ideal sería utilizar un dispositivo electrónico para toda la vida, la realidad es que son aparatos que suelen quedar obsoletos después de unos años o deben ser renovados por un cambio en nuestras necesidades.

Alargar su vida útil y aprovechar cada aparato al máximo es la primera solución, pero también se debe tener en cuenta que en algún momento se generará esa temida basura electrónica.

Y por la complejidad de los dispositivos electrónicos, es necesario contar con nuevas instalaciones de reciclaje dedicadas especialmente a estos aparatos o fomentar la colaboración con empresas privadas que se encarguen de ello. Estos aparatos contienen distintos materiales, incluso algunos tóxicos, que deben ser separados y tratados de forma responsable para no afectar el medio ambiente.

La gestión de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) o “e-Residuos” es un problema global, que sólo puede solucionarse con la implicación de todos. Es necesaria la colaboración de distintas instituciones, empresas y gobiernos para enfrentar este problema que se agrava cada año.