El anuncio de que COGERSA acaba de aprobar una partida de un millón de euros en los presupuestos de 2018, para una planta de separación de basuras que supuestamente costaría treinta y dos, y la posterior declaración del viceconsejero de Medio Ambiente, diciendo que «tiene una explicación clara que en su momento daremos», no son más que muestras una vez más de la opacidad con la que acostumbra a trabajar el gobierno socialista.
La necesidad de nuevas infraestructuras de tratamiento y recuperación deberá decidirse en el marco de un plan de residuos integral que recoja medidas mucho más importantes para reducir la cantidad de residuos y para conseguir una recogida separada mucho mayor, especialmente los biodegradables.
El plan en vigor no contempla esa planta, por lo que habrá que esperar a que culmine el proceso de modificación del Plan de Residuos de Asturias para ver cuál es la alternativa por la que se apuesta.
Lo más peligroso es que, a pesar del claro rechazo social y político que suscita la posibilidad de hacer una planta incineradora, desde el gobierno se sigue jugando a la ambigüedad y no se da por descartada.
La coportavoz de Equo Asturias, Olga Álvarez, recuerda que "dentro de un plan integral de gestión de residuos, se podrían aplicar diferentes medidas con el objetivo de reducir en origen la generación de residuos y mejorar las tasas de reutilización y reciclaje.
Diferentes estudios y experiencias muestran resultados con reducciones de aportaciones a vertedero de hasta el 90%, sin necesidad de incineradoras. Pero todo ello debe ir acompañado de una Ley de Residuos que no deje al libre albedrío de los ayuntamientos la implicación directa en el problema."
"La implantación de la recogida selectiva orgánica en zonas urbanas y otras medidas como el autocompostaje y el compostaje comunitario en zonas rurales, podrían suponer una reducción de hasta el 40% de aportaciones al vertedero. Además daría sentido a los más de 16 millones de euros gastados en la planta de compostaje, la cual recibe menos de 1000 toneladas de basura orgánica, ante la falta de su recogida selectiva.
" El también coportavoz de la formación verde, Nacho González, afirma que “está claro que la gestión de los residuos no es, ni lo fue nunca, una prioridad en la agenda del resto de formaciones políticas.
En general, para los aspectos ambientales se parte del concepto de ocultación o esconder los problemas, cuando en realidad las cuestiones ambientales están enlazadas con cuestiones económicas y sociales.
El modelo de economía de usar y tirar debe cambiar hacia un modelo de economía circular donde las cuestiones sociales y medioambientales serán una prioridad".
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