Hace ocho años, ante la curiosidad que nos despertaba ver la autopista llena de plumeros decidimos investigar y no vimos referencia alguna en medios de Asturias ni referencias asturianas a este fenómeno en Google, ni siquiera de los ecologistas, pero si dimos con informes de la Universidad del País Vasco que comenzaba a sufrir esta plaga. Una conclusión lógica es que el problema lo habían generado las empresas constructoras de la autovía del Cantábrico al sembrar machos y hembras de esta planta para arraigar taludes a bajo coste, aunque aquí nadie quiere mojarse y cargan las tintas sobre propietarios de fincas y demás y sobre el erario público e incluso Europa que ahora va a subvencionar su erradicación tras años perdidos.. Reproducimos hoy ese artículo publicado en 2011 y pionero en Asturias
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