Gijón: Estudiantes de la Asunción descubren al cruzar la información que los tumores se concentran en el área de emisión de las antenas

Entre el año 2000 y el pasado 2004 se diagnosticaron en Gijón más de 7.000 enfermos de cáncer, con una media de 1.400 neoplasias detectadas cada año. Trece de los mejores alumnos de cuarto de ESO del Colegio de la Asunción, dirigidos por su profesor de Física y Química, han completado un trabajo de investigación que trata de aclarar la eventual vinculación entre tumores y antenas de telefonía móvil casi una semana después de que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero concediera la ampliación de licencias para los operadores de este servicio en el territorio nacional.

El resultado es un minucioso informe rebosante de datos procedentes de fuentes oficiales, como el Ayuntamiento de Gijón, el Hospital de Jove y el Hospital de Cabueñes. Los alumnos no sacan conclusiones ni hacen juicios de valor.

El área metropolitana del concejo gijonés concentra 92 estaciones base, que suman, al menos, 299 antenas de telefonía móvil, la mayoría con permiso municipal, aunque no todas. El Llano, con catorce instalaciones que suponen un total de 53 pantallas, es el barrio donde más han proliferado estos emisores de energía ionizante. Y es también donde más carcinomas se han declarado en la ciudad durante los últimos cinco años: 760.

Los estudiantes que firman el documento han comprobado que en las calles próximas a cualquiera de las estaciones base los casos de cáncer presentan «muchas variaciones», mientras que en las áreas donde esta dotación permanece ausente «las estadísticas se repiten sistemáticamente, es decir, permanecen constantes». «Las antenas no disponen de pantallas orientadas en todas las direcciones, sino que apuntan hacia un lugar determinado de la ciudad», advierten los escolares, que han constatado una «concentración mayor» de enfermos de cáncer «en el área hacia donde emiten estas pantallas». Los autores del trabajo denominan «efecto cono» esta singularidad, pues es ésa la figura geométrica que aparece cuando se agrupan sobre el mapa con la ayuda de un lápiz los domicilios de los pacientes de neoplasia registrados en cada barrio de Gijón durante el último lustro. Eso no es todo. El documentado esfuerzo de los colegiales concluye que los nuevos casos de neoplasia declarados en la ciudad abundan sobremanera entre los vecinos de los edificios que soportan la «acción combinada de varias antenas superpuestas».

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