EQUO Asturies pide a los grupos políticos y a la sociedad valentía y sinceridad para afrontar un cambio en el modelo económico de las comarcas mineras.

Durante dos décadas se han dilapidado dos mil millones de euros en fondos para la reactivación de las comarcas mineras, mientras la mina se iba muriendo y la nueva economía no comenzaba. Así tenemos unas comarcas envejecidas, despobladas y en franca recesión económica y social.

Es la hora de afrontar la verdad. El carbón no tiene cabida en el siglo XXI. Tenemos que asumir que estamos en una nueva era, donde los combustibles fósiles deben desaparecer. La prioridad mundial debe ser la lucha contra el cambio climático y en ese tema el carbón es un lastre.

No tiene sentido seguir gastando dinero en subvencionar la producción deficitaria de un combustible que contribuye al cambio climático, mientras a su vez gastamos recursos públicos en evitarlo. Por eso, creemos que hay invertir todos los esfuerzos en la diversificación económica de las comarcas mineras y en el ahorro y la eficiencia energética.

“La gente se marcha de Asturias porque no hay trabajo, y eso seguirá siendo así mientras no asumamos que tenemos que construir un nuevo sistema productivo, que se olvide de las actividades extractivas. Destruir nuestro patrimonio con nuevas minas a cielo abierto sólo va a beneficiar a unos pocos y nos va a perjudicar a la mayoría. La mina no es la solución a nuestros problemas”, afirma Azulina Llano, coportavoz de EQUO Asturies.

“Las peripecias judiciales de estos días de Vitorino o de Rodolfo Cachero, demuestran que no podemos seguir tirando dinero público en el altar del recuerdo de lo que fue la minería. La épica es buena para la poesía, pero no sirve para hacer política. Tenemos que poner los pies en el suelo y darnos cuenta que nuestro futuro no va a pasar por el carbón”, afirma Ignacio González, coportavoz de EQUO Asturies.

EQUO Asturies pide a los partidos políticos asturianos un acuerdo para transformar la economía de las comarcas mineras a lo largo de los próximos diez años. Debemos preparar Asturias para que el carbón dentro de diez años sea solo un glorioso recuerdo de nuestra tierra y la épica de la minería una base sólida sobre la que construir un futuro mejor.