Todos los estudiantes de máster tienen que afrontar un trabajo fin de máster como la última barrera a superar.
El problema es que cuando llega el momento de hacer el TFM, normalmente el estudiante ya tiene otros proyectos en mente. Por ejemplo, es posible que la empresa en la que se hayan hecho las prácticas nos haya ofrecido continuar o que se esté haciendo el máster en otra ciudad y se necesite volver a casa o empezar a generar ingresos; o algunos cambian de tercio y optan por opositar e incluso los hay que quieren empezar su tesis doctoral.
Sea como sea, el TFM no siempre llega en un momento en el que la persona tiene el tiempo que se requiere para hacerlo bien. Aquí tienes algunos trucos para hacer tu TFM más rápido cortesía de HazMiTrabajo:
1. Acota bien el título
Un problema frecuente en los trabajos finales es que el título es demasiado amplio y obliga al estudiante a realizar una investigación que requiere demasiado tiempo.
Si se necesita hacer un TFM en poco tiempo, lo mejor es elegir un tema muy bien acotado. En un TFM no se necesita ganar un premio nobel, sino demostrar que se puede hacer una investigación correctamente. Por ello, hay que tratar de que el trabajo de campo que requiera nuestro proyecto sea viable en poco tiempo.
En resumen, no hay que hacer mucho, sino hacer poco, pero muy bien.
2. Aprovecha la bibliografía de los manuales
Un buen TFM debe sustentar sus afirmaciones en citas bibliográficas. De hecho, la bibliografía es una de las partes que comprueban los tutores porque es en la parte en la que pueden ser más expertos de todo el trabajo. Al fin y al cabo, si haces un TFM sobre algo innovador es muy probable que sepas más que ellos sobre ese tema, pero no sobre el apartado bibliográfico.
Para tener una bibliografía básica sólida puedes consultar un manual sobre la materia de tu trabajo y ver quiénes son los principales autores. No decimos que te limites a ella, pero te valdrá para tener unos mínimos cubiertos.
3. No leas la obra completa
Cuando consultes una obra de referencia, céntrate solo en la parte que te interesa y no inviertas tiempo en leer toda la obra. Por supuesto, esto no es lo ideal, pero si necesitas ahorrar tiempo, es una buena manera.
4. Si te estancas, cambia a otro apartado
A veces, hay que hacer apartados tediosos que hacen que perdamos la concentración y disminuya el ritmo de trabajo. Lo mejor es empezar por ellos cuando menos cansado se está y una vez notemos que empiezan las distracciones, cambiar a otro apartado que nos resulte más interesante o que sea más mecánico y no requiera tanta concentración (por ejemplo, alimentar la base de datos sobre la que luego sacaremos estadísticas).
5. Muéstrale avances a tu tutor
Los mayores retrasos suelen venir de los cambios que pide el tutor. Intuitivamente, muchos prefieren no mostrarle nada y darle la visión definitiva justo en el último segundo del último día del plazo. Haciendo esto te arriesgas a tener errores de bulto y que no den de paso a tu trabajo.
Por tanto, es más sensato mostrarle dos o tres avances e ir adaptando el trabajo a sus gustos. El problema de esto es que los tutores suelen tardar en responder y tendrás que seguir trabajando mientras tanto. Pero si tienes la enorme suerte de tener un tutor que conteste rápido, no lo desaproveches.
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