Quantum mutatis ab illo.

Reflexiones de un hombre que trata desesperadamente de andar erguido, evitando a toda costa ser abatido por las plagas de moda de nuestro tiempo: Igualitarismo, pedagogías modernas, cocina de diseño con sus correspondientes “restauradores”??, feminismo e ideología de género??, moralismo salutista, asistencia psicológica y corrección política concretada en los lacayos del poder aplaudiendo cazurramente hasta con las orejas algo que un mínimo de dignidad no sería capaz de sostener ni por asomo,a cambio de sus migajas, claro; desde pepitos o foros similares, traidorzuelos izquierdosos tradicionales o lo que es casi peor, progres de nuevo cuño de mirada cristalinay soñadora… Y no lo consigue, claro…normal.

Bueno, pues esto, que  era una estampa habitual en casi todas nuestras villinas y aldeas sobre todo, en la urbe ya menos, porque el ritmo de vida se supone que era más acorde con los nuevos tiempos, esos tiempos donde lo útil, lo provechoso, lo beneficioso, rentable, eficiente y práctico se va imponiendo poco a poco a lo más quizá improductivo y un tanto inoperante pero mucho más placentero, agradable, apacible y armonioso, en una palabra a lo satisfactorio, por poco observadores que sean, se irán dando cuenta de que de estampa habitual ya tiene muy poco, o nada.

Tal parece queen estos nuevos tiempos donde el utilitarismo, el individualismo, la competitividad extrema, conceptos ellos muy del gusto del stablishment, éstas prácticas tienen poca cabida. A esa invisible élite en la sombra  que controla el poder le interesa obviamente mucho más tenernos constantemente, en tensión, irritados, cabreados descontentos,insolidarios, en definitiva, con miedo, empujándonos ya poco menos que desde la cuna a una lucha por la supervivencia donde nuestro primario y natural objetivo de vivir, es sustituido por el desubsistir, resistir, sobrevivir o como quiera llamarse, y si puede ser enconstante tensión, que como cualquiera bien puede comprobar  sí puede ser; vamos…eso que ahora llaman “stress” o como se escriba que no pienso pararme a mirarlo, pero vamos, que deriva de “stringere”  o sea apretar apretado, lo que en lengua vernácula  se decía no hace tanto en los pueblos “alloriau” referido a momentos concretos en los que alguno andaba con un aceleramiento poco  recomendable y un tanto comprometedor que bien pudiera derivar en algo nocivo o pernicioso en cualquier momento para él mismo y para los demás.

En definitiva, que parece ser que estas cosas tienen ya cada vez menos cabida dentro de nuestra vida – enorme error a mi juicio -  y tienen menos cabida porque el stablishment cada vez tiene más poder, cada vez nos aprieta más, y si lo hace  es porque le conviene, porque es altamente favorable a sus intereses. Eso de que andemos por ahí, sin la mosca tras de laoreja, sin el “stress”  ese, placenteramente y en armonía con los demás, no es bueno para ellos y lo saben muy bien, por tanto si no es bueno para ellos es que es bueno para el resto, en suma para casi todos nosotros, pero, nada hay que pueda hacerse mientras el toro embista ese trapo que tan bonito nos pintan. No hay que tener demasiadas luces para darse cuenta de que por muy bien disfrazado que esté – y pardiez que lo está como diría P. Reverte -ese trapo es un señuelo altamente pernicioso que debiéramos ignorar pero… aludiendo nuevamente a  nuestra ricalengua vernácula que refranero tiene: “A gustu del amu, palos al burru” que levamos a hacer…

Por cierto  observando la partida en la esquina izquierda de la fotografía, un poco oscura creo reconocer a Luis Dual, hombre que fue de buenas acciones y pocas palabras q.e.p.d.