NUESTRAS VIDAS SON LOS RIOS... y eso.

El Río de Libardón y sus molinos. “Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir…” Ya saben como es la cosa.

El Río de Libardón y sus molinos. “Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir…” Ya saben como es la cosa.

Dicen, y dicen bien, que a veces, el mayor acto de amor hacia una persona consiste en desaparecer de su vida para siempre. Es algo verdaderamente brutal y dolorosísimo en grado sumo, pero es lo que ella quiere y hay que asumirlo aunque nos vaya la vida – que nos va – en ello… Y una cosa similar es lo que parecen hacer los ríos, sobre todo los nuestros que se dirigen a morir, vivos, raudos, veloces, vertiginosos en definitiva como si tuvieran urgencia extrema, como si amaran tan desmesuradamente a la tierra que les da vida que toda premura – muy a su pesar - en alejarse de ella es poca para hacerle el menor daño posible. Varias son las arterias que atraviesan nuestro solar, cortas, rápidas y vivas por norma general, siendo la principal de ellas el Río Libardón – del que trataremos hoy - que lo cruza de sur a norte, recibiendo por la izquierda las aguas de sus dos principales afluentes: El río Pivierda a la altura de Puente Agüera (reunión de aguas como su propio topónimo indica) y el Río de Sales o Llobones a la altura del molín del Befal (De Bifaria, bifurcación) hoy desaparecido, así como el aporte de otras muchas riegas y arroyos menores de los que trataremos aquí, puesto que a los dos principales dedicaremos un contenido aparte.

Respecto a la denominación el asunto no es baladí, ya que la poca coordinación y la mala costumbre de cada uno hacer de su capa un sayo cuando le viene en gana, da como resultado en los mapas catastros un verdadero lío, pues en algunos se denomina Río Libardón, en otros Río Colunga, en los catálogos un poco viejos viene como Río Rozaya, eso sin contar ya con las más antiguas denominaciones medievales que hacen referencia a él, al menos en su desembocadura, bien desde el Befal unos, o desde el antiguo puente de Sancti Ioannes del mar (Puente de Santianes), otros, como río Baho, aunque el que suscribe vería bastante más correcto denominarlo Río Libardón que es el cauce principal de nuestro entorno y punto, más que nada para evitar malentendidos y controversias nada recomendables.

El río Libardón es el río principal del término municipal de Colunga, nace cerca del pueblo de Libardón en la vertiente Norte del Monte de Carrandi (nada de Sueve) a una altitud aproximada de 550m. En su origen recoge las aguas de cuatro corrientes menores (riegues o arroyos), como quieran, el de Raiceu que nace en el Altu La Llama, donde circula más o menos paralelo a la carretera general pasando por debajo de Corrales al Oeste, dejando al Este por debajo al Collau y Raiceu para confluir ya muy cerca de Libardón de Arriba bajo el collau de Altufornu con el arroyu de Los Moros que viene por el Este entre Los Torneros y la Dehesa pasando bajo Matarrionda y los Fabareyos a confluir con el antedicho y discurriendo ya juntos entre el Soldau y La Biesca hasta el Molín de Pedralva donde se une al Arroyu de la Ranera que es como se llama a la confluencia del de Carrandena y el de Perales bajo Rutroncos y La Trapa en la carretera que va a Carrandi.

El de Carrandena nace bajo el Picu Maladín, pasando entre Carrandena y La Vega, hasta su unión con el ya citado de Perales debajo mismo de Rutroncos (Ya saben “En el Piélago profundo y todo eso… “ )

Nace el de Perales bajo el Fondigón, pasando entre Carrandena y las faldas del Bustacu, Viular y La Censada.A Partir del Molín de Pedralva (lugar donde fueron escondidas en su día las armas que los guerrilleros del Coronel Escandón incautaron a las tropas francesas en la confrontación del Puente de La Espasa durante la Guerra de la Independencia) el río ya queda bien definido, entre Los Tueros y Casa Cabanilles, recibiendo a partir de aquí aportes de otras caudalosas riegas y arroyos menores, el primero de ellos el de Les Riegues de Libardón por la izquierda que descienden desde los arroyos del Juesu por las faldas del Picu Cotariella entre el Monte Caraperu y La Pareona bajo la vaguada Vigardu un poco después de pasar Los Tueros.

Recibe luego por la derecha los aportes de la Riega Cabanilles que viene de La Era y del Arroyo del Pumerín un poco más al Norte que preceden a la ya más caudalosa Riega del Forcón que desciende desde la base del Cuetu Argüeri pasando por debajo del Pumerín, La Zorea de Arriba y la Zorea de Abajo, para incorporarse al cauce principal en L´Abá, muy cerca del molino del mismo nombre.

Más adelante y un poco antes de llegar a la Pared de Xirga, nos encontramos con el molín de Balanguina en el lugar del mismo nombre, muy cerca ya de Agüera de Arriba, donde como hemos indicado recibe el aporte de uno de sus dos afluentes principales: El río Pivierda.

Sigue su camino hacia Agüera de Abajo, hacia “El Molín de la Luciana” a los pies del Cantu la Peña hasta llegar a la Ferrería (lugar del molino del mismo nombre) donde recibe el importante aporte de La Riega de la Pedrada, que baja del Monte la Riera por Cuesta Rocín. Luego discurre ya más placidamente por los Llanos de La Palmar y bajo el Cuarezu hasta el molín de Entrepeñes bajo el Peñón de la Riera un poco antes de La Nozaleda para discurrir tras de la iglesia medieval de Santa María de Bierces e introducirse de lleno en la Ería de Sienra, a decir de los entendidos el terreno idóneo para el cultivo de les fabes “del cura” Un poco más allá entre les cases de Friera y el Ferreru, recibe el aporte de la Ríu de Canciu que arranca del Reboriu y discurre bajo Carrandi por la Trapa hasta el cauce primario muy cerca ya del nuevo viaducto de la Autovía del Cantábrico. Sigue por la Ería de Cenia y el Solrriveru, bajo el promontorio de “La Cuestona” hasta el antiguo Molín del Befal (mal llamado Mefal) donde recibe al segundo de sus afluentes principales por la izquierda: El río “de Sales, o Llobones” A partir de ahí sestea por el llano del Sotu hasta el Puente de Santianes bajo La Ordoña y La Villeda ya muy cerca de la desembocadura en el Arenal de San Juan (nada de playa de La Griega) LOS MOLINOS Y SU ENTORNO.

Habrán observado ustedes como a lo largo de la anterior exposición, se han mencionado varios molinos inseparables del cauce de este río, puesto que en su momento el gran número de habitantes – no como en la actualidad – y la abundancia de agua propició que a lo largo de de esta corriente existiesen muchos molinos, todos ellos de aparceros excepto los de la Máquina, el del Fabareyu, y el de Entrepeñes, que eran de maquila.

Los molinos de agua fueron uno de los inventos preindustriales más sofisticados, pero con la llegada de la revolución industrial, la máquina de vapor fue arrinconando poco a poco estos ingenios a las orillas fluviales más recónditas de nuestro territorio.

Estos molinos constituyen un formidable patrimonio etnográfico, puesto que tienen su origen en la Alta Edad Media, no obstante nada se ha hecho por proteger los que quedaban ni restaurar los depauperados, así que lamentablemente, en estado de ruina se hallan en su mayoría sino arrasados por completo. Valga esta cita al menos para que quede constancia de algunos de ellos así como de los molineros y artesanos, o ambas cosas a la vez que los manejaban y mantenían mediante unas técnicas ancestrales que requerían no poca maestría por su complejidad, no debe olvidarse que la mayor parte de las piezas eran de madera y ajustadas a mano, con lo cual se requería mucha experiencia y no poca pericia para mantener en el estado debido estos complejos artilugios hoy como digo prácticamente desaparecidos y lo que es peor, olvidados.

Eran además un importante centro de reunión social y de cortejo, pues eran lugares apartados en el que los vecinos pasaban bastante tiempo asiduamente esperando a que les tocara el turno para moler, así que era un poco “el mentidero” de la vida social de las aldeas y caseríos colindantes. Lo del cortejo es de todos bien conocido, pues se trata de lugares apartados en los que a veces había que pasar la noche y era un lugar muy adecuado para tales fines entre mozos y no tanto, que de todo había. Incluso algunos destacados clérigos como el famoso erudito de la Riera de Colunga Fray Toribio de Santo Tomás y Pumarada (siglo XVIII) autor del famoso tratado del “Arte General de Granjerías” advertían sobre la escasa idoneidad para fines serios de las mozas que pasaban más tiempo del debido en los molinos.

En muchos poemas y chascarrillos populares se hace referencia a ello: “Los molinos non son cases porque están pe los regueros son cuartucos retiraos pa los mozucos solteros…” “Non quier mi madre que vaya al molín porque el molineru, me rompe el mandil…” u otros aún más expresivos: “El molín y les cabañes qu´hay por el camín del puertu sirven de refuxiu amores a putones y a solteros…” También los hay muy socorridos que hacen referencia a los maquileros abusones y a la mala fama no sé si justificada o no de las molineras: “La molinera trae corales y el molineru corbatín, non sé como da pa tantu la rueda del so molín…” “Si vienes a mi molino solita te moleré… Si vienes a mi molino yo no te maquilaré…” “Gasta la molinera lindos corales y el probe del molineru non tien dos riales…” “Gasta la molinera lindos pendientes y el probe del molineru raca los dientes…” Siguiendo el curso del río desde la parte alta, se encontraban los molinos de La Cubil en Raiceu, el de la Meredal, el del Fabareyu (de maquila), el de Pachu en el barrio del Soldau, el de la máquina, el de Pedralva, el del Canteru, el Molín de Gregorio, el de L´Abá, el de Balanguina en el lugar del mismo nombre, el de La Luciana en Aguera de Abaxu, el de la Ferrería, el de Entrepeñes en la Nozaleda o el mismo del Befal en la intersección del Río de Sales.

Poco o nada de ellos queda, como muy poca memoria de aquellos molineros que fueron en su momento piezas muy importantes en el tablero de unas economías locales de subsitencia si se quiere pero mucho más autónomas que las actuales sin duda. Fueron algunos molineros, Ángel el de Carlota, Lauriano Cueto, Poldo Isla, en el de La Meredal (cerca de la Rebollada), Ramiro, Vitor el de Cantufornu, o Ismael el del Esllabayu en el del Fabareyu, Baristo la Vega, Benito o Pepe, en el de la máquina, Alberto el del Soldau en el de Pedralva, o Pachu Cabanielles en el molín de Pachu, todo ello sin olvidar a Jose María la Campa, o a mi tiu Manuel el de Güertuscuru (el sordu) que afinaba el Molín del Gregoriu con el mismu arte que un gaiteru afina una gaita… (Fuente: Sociedad de Fomento de Libardón 1907 – 2 MIL-7) - Aportaciones de D. Anselmo Valle, D. David Isla y D. Manuel Capellán - Vaya desde aquí un entrañable recuerdo para todos ellos. Omar Pardo Cortina sobrín de Manuel “el sordu” de Güertuscuru.