El Infiernu

De Gobiendes:

LA BAJADA AL INFIERNU

A Pinín el de Gobiendes no le entraban los curas por el ojo derecho. ¡A él, no, a él no, y a él no! A él , la taberna y el baile, el juego y les mozes. Nada más. Y si fuera posible añadir algo de la posesión del prójimo rapiñándolo al pasar, eso también. ¡No era cosa de pararse en un escrúpulo! .

Y Pinín púsose enfermo, pero tan grave, tan grave que los que andaban a su alrededor determinaron avisar al señor cura.

Era éste un santo varón, tan celoso y generoso, que la tenaz rebeldía de Pinín el de Gobiendes la llevaba en el alma como una espina.

Llegó, examinó al enfermo y no pudo disimular su desagrado:

Pinín, hay que preparase…………………….

Pinín volvió la cabeza vio al señor cura y gruñó:

Yo estoy ya demasiao preparau…………………………

.-¡Bah! No te hagas ilusiones , que no es hora……………..

.- Lo dicho señor cura………………………¡demasiau!..........................

.- Pero hombre ¿Y si te manden al infiernu?

Pues si me manden al infiernu iré al infiernu……………….

Todo inútil. Inútiles las súplicas, las reflexiones, las amenazas…………

El señor cura se cansó de repetirle:

¡Que en el infiernu hay muchu fueu Pinin!.................

Y Pinín:

.-¡ Pos que quemen per u quieran!...............

Y de repente ¡paf!, cerró los ojos, tuvo una convulsión, se quedó inmóvil………. Sus parientes comenzaron a gritar. El señor cura se arrodilló junto a la cama para rezar por él. Mas al cabo de una hora, parecióles que el “cadáver” se movía. El señor cura cogió una vela y se la acercó a la cara. Sin duda, se podía esperar todavía……………..Y esperando con la vela encima de la cara de Pinín, chamuscóle las narices…………………..

Pinín volvió del desmayo, pasó una mano por ellas y sin darse cuenta aún ni de la realidad ni del lugar en que estaba, dijo así:

¿YA ENCOMENZAMOS REDIÓS?...............................