Sobre papeles antiguos y eso...
No se líen con eso de Concejo, justicia y regimiento que no es lío alguno, debemos tener en cuenta que estamos en el año de Nuestro Señor de mil cuatrocientos y noventa y cinco, fíjense como da comienzo el escribano al pliego: Don Fernando e Dona Ysabel… (Sí, en efecto estamos hablando de los Reyes Católicos) puesto este es uno de los documentos más antiguos y mejor conservados de los que hacen referencia a la localidad de Lastres, y no se refiere a otra cosa que a la: "Ejecutoria del pleito litigado por el concejo, justicia y regimiento de Ribadesella (Asturias) con el concejo, justicia y regimiento de Lastres (Asturias), sobre derecho al aprovechamiento de pesca y modo de realizar la misma" Concejo, justicia y regimiento de…
Era la forma de denominar lo que ahora conocemos como Concejo, entendiéndose como tal en el Norte peninsular sobre todo el conjunto de varias feligresías o parroquias dispersas con capital por norma general en la de mayor población, o sea una Junta más o menos homogénea de Justicia y Regidores que gobiernan lo tocante a lo público teniendo en cuenta claro la estructura de la sociedad estamental de la época.
El documento en cuestión consta de cerca de lo que hoy sería el equivalente a cien folios y solo así con un vistazo por encima arrojaría mucha luz sobre la historia de la Villa y Puerto.
La transcripción para un paleógrafo no resultaría demasiado compleja ya que el escribano fue D. Pedro de Sedano, uno de los más afamados de la Escribanía de Alonso Rodríguez, alabado por todos por su buena caligrafía, y capacidad de síntesis sin obviar para nada lo principal del asunto tratado.
Resulta a veces desolador que estando a disposición de cualquier investigador que lo solicite, a este tipo de documentos no se les haga ningún caso, y mucho menos a quien basándose en su estudio elabora teorías con bases muy sólidas como el Origen del nombre de la localidad de Lastres por ejemplo, y persistan tercamente en lo que vulgarmente se dice “sostenella y no enmendalla” en simples leyendas y elucubraciones populares sin base sólida alguna, por simples cuestiones de no sé como llamarlo, mejor de ninguna manera puesto que el nombre había de ser feo por mucho que se adorne.
En fin, ahí lo tienen, lo de a gustu del amu palos al burru esta vez no lo digo, no vaya a ser que alguien y no va a ser el burru se ofenda, porque está visto que los burros no se ofenden cuando les dan palos, puesto que lo consideran normal, son burros ¿No? ¡Pues entonces es lo suyo…!
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