Los Llagares del Concejo de Colunga

Es el lagar uno de los elementos etnográficos más importantes en nuestro Concejo. Siendo la sidra la bebida típica del norte peninsular y quien proporciona la denominación a la comarca: “La Comarca de la Sidra”.

Cada campesino tiene sus propias pumaradas y elabora la sidra para su consumo. Recorriendo las distintas parroquias, nos encontramos con una gran variedad de llagares, que van desde el de dos fuxos hasta el casero de pequeñas dimensiones, pero todos estos con fuxos de hierro. Los escasos ejemplos de llagares tradicionales de fuxo de madera, que existían en el concejo se conservan en la actualidad en el “museo de la sidra”, situado en la localidad de Nava.

A modo testimonial podemos recoger el gran llagar que se conserva en el palacio de la Riera, con un gran fuxo realizado en madera de roble.

Fuxo de madera
 Fuxo de madera

Cada familia elabora su propía sidra, gracias a esto nos podemos encontrar con una gran variedad de llagares, sobre todo de tamaños, dependiendo del consumo y de las pomaradas de que el campesino disponga para la fabricación de la misma, pues no es normal que se compre manzana. Esta elaboración va desde el lagar grande, de dos fuxos por lo menos, donde se obtiene mucha sidra, hasta el casero, de reducidas dimensiones. De todos ellos en Libardón podemos encontrar el de fuxo de hierro, de grandes dimensiones, conocido como la “pumarada”.

Todavía hoy podemos comtemplar el gran llagar de la pumarada, con una capacidad para 70 sacos de manzana. Este llagar ya tiene el fuso de hierro.

Todos los utensilios de mallar se siguen conservando, las tinas, los toneles, embudos, palas, mayos etc. También se conservan los armarios en que cada dos años se metían las botellas de sidra. Este llagar estaba en la planta baja de un edifico, en la primera planta se ubicaba el bar de que disponía el mismo. Muchas eran las personas de Libardón y alrededores que se acercaban a tomar sidra a la "pumarada".


Llagar
 Llagar de la pumarada

En una de las habitaciones contiguas podemos contemplar la cocina tradicional asturiana, con el típico llar y la chimenea de madera. El llar se localiza en un ángulo de la cocina, en la cocina no sólo se prepara la comida, sino que en ellla se reúnia la familia a comer, charlar e incluso a dormir. De los elementos de la cocina la pieza fundamental es el llar, losa de piedra sobre la que se enciende la lumbre. Sobre el llar se abre la chimenea clásica de campana con guarda, una tabla a manera de cornisa.

De la tradición oral popular, recoge una de las publicaciones de la sociedad de fomento, la siguiente cancioncilla, Su autor en José Ramón de la Campa:

"Si vas a puerto de Sueve
Bajarás por Degollada
Si quieres tomar buena sidra
entrarás na pomarada."

En la misma parroquía de Libardón nos encontramos con otro de grandes dimensiones. El conocido como el “llagarón”, parece ser según nos cuentan los vecinos perteneció al conocido palacio de Libardón, bastante cercano a este se encontraba el “llagarín” de reducidas dimensiones.

Estos dos llagares conocidos popularmante como el "llagarón y el llagarín", se encuentran en la finca contigua al palacio de Libardón. Situados ambos en el barrio de abajo, de dicha localidad.

Siendo la sidra la bebida típica del campesino asturiano, tuvo en Libardón un gran desarrollo, la fábrica de la misma.Tal vez se dan en esta zona las condiciones idóneas para la producción de la manazana. Dos pumaradas inmensas abastecian a los llagares,” Lerón y Cades”.

El llagarón tenía un fuxo de hierro. Disponía de 22 toneles, 7 pipas y dos prensas. La capacidad del llagar era cuatro veces el de la pumarada.

En la actualidad el edificio se conserva en pie, tapado por los matos. En uno de sus muros laterales se puede observar un porche, que serviría de cobijo a los carros que se acercasen a llevar la manzana. El edificio del llagarón era de planta cuadrada y de grandes dimensiones. El llagarín de planta alargada se disponía en un lateral del mismo y contaba con un hermoso corredor torneado.

El edificio del llagarín se utilizaba a modo de bar, en el se despachaba la sidra, se almacenaban las botellas en grandes armarios y también había baile. La sidra también se vendía al por mayor.

Lagar
 Lagar

Junto a estos edificios había una fuente, de agua corriente, cuya agua se utilizaba para lavar las botellas, y para las necesidades del llagar.

Canción facilitada en julio de 1957, por Elisa Valle. Y recogida posteriormente en la publicación de la sociedad de fomento. Dice lo siguiente:

“En domingo, si Dios quiere
tengo de ir a Libardón.
Tengo de beber la sidra
del tonel del Llagarón."

La fabricación de la sidra se llevó cabo en el concejo, y aún en la actualidad se conserva dicha tradición arraigando con fuerza en las generaciones jóvenes. En este apartado he señalado los dos ejemplos de Libardón, pues me parecen bastante importantes. No sin olvidar, que en todas las parroquias de estos concejos podemos encontrar, uno en cada casa.

La conservación de los llagares en desuso, no es tan mala, como cabría esperar, pues estan protegidos bajo techo, pero en muchas ocasiones la madera es atacada por la polilla, ó los edificios que los albergan son tapados por los matos, sus techos se vienen abajo y se desploman sobre las maderas del llagar.