“La realidad es que en Gijón ya estamos padeciendo algunos problemas derivados de su proliferación como la subida de los precios de alquiler debido a la bajada de oferta de los alquileres residenciales frente a los vacacionales”, señaló Pérez Carcedo.

Por eso, a su juicio el Ayuntamiento no puede seguir sin actuar, debe establecer mecanismos para controlar el incremento de este tipo de alojamientos, impidiendo que no se concentren únicamente en el centro de la ciudad y la presencia de edificios sin residentes fijos en la ciudad, así como luchar contra la economía sumergida y la competencia desleal que suponen los ilegales.

“Gijón debe apostar por un modelo turístico de calidad, en el que por supuesto esta tipología de alojamientos también tienen cabida, pero de una forma controlada, asegurando unos estándares mínimos y ajustándose en todo momento a la regulación vigente, una regulación que se debería también desarrollar y concretar a nivel local”, concluyó.

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