En este sentido, se lamentó que el Ayuntamiento de Gijón sea de los pocos ayuntamientos que no está aprovechando muchas de las bonificaciones y exenciones que posibilita la Ley de Haciendas Locales, como por ejemplo aquellas vinculadas a la creación de empleo que directamente no se están aplicando, “algo que no facilita la creación de empleo en la ciudad y que, además, nos posiciona en una situación de inferioridad a la hora de competir con otros Ayuntamiento, que sí las aplican, para la captación de inversiones empresariales que puedan generar actividad económica y empleo de calidad”.

A su juicio, esta carencia pone de manifiesto la falta de voluntad para rebajar la presión fiscal que soportan familias y empresas, y la inexistencia de una política fiscal propia a nivel municipal, “y es que los sucesivos gobiernos locales no han querido utilizar la totalidad de los márgenes legales que tenemos para aliviar la presión a las familias, autónomos y pymes, o para facilitar que lleguen inversiones empresariales a la ciudad. Es más, cuando se ha utilizado algún instrumento lo han hecho justo en sentido opuesto como cuando trataron de implantar el IBI diferenciado”

Por todo ello, ha reclamado innovación, ambición y visión de futuro en el proyecto de ordenanzas fiscales para 2022, oponiéndose a cualquier subida fiscal que pueda perjudicar la recuperación económica en la ciudad, “el necesario equilibrio fiscal se debe conseguir a través de la contención de los gastos no subiendo los impuestos, además dinamizando la economía se incrementaría la recaudación aunque se reduzca la fiscalidad”

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