Dos de cada tres miembros de los grupos de participación infantil y adolescente de las Ciudades Amigas de la Infancia en Asturias son chicas. Actualmente, 35 concejos cuentan con este sello de calidad que concede Unicef para premiar a aquellos municipios que desarrollan políticas de infancia y fomentan la participación de menores, y otros trece están tramitando su obtención.

Tanto los ayuntamientos que ya lo han recibido como los que optan a él deben crear y mantener un grupo de participación infantil y adolescente. A través de estos foros, sus miembros tienen derecho a ser escuchados por los responsables municipales en los asuntos que les conciernen y a que sus opiniones y propuestas se tomen en consideración. De esta forma, se hacen corresponsables, en la medida de sus posibilidades, del desarrollo de las comunidades en las que viven, convirtiendo así los procesos de participación en una escuela de ciudadanía.

Estos grupos reúnen a 1.500 menores de 6 a 17 años, que participan de forma regular en las actividades programadas. “Los datos nos ofrecen resultados muy positivos; por un lado, que en el Principado se tiene en cuenta la voz de los menores, así como sus necesidades y sus reivindicaciones y, por otro, el alto nivel de implicación y compromiso de las jóvenes”, ha asegurado el director del Instituto Asturiano para la Atención Integral a la Infancia y a las Familias, Carlos Becedóniz.

El 85% de los menores del Principado residen en poblaciones que han sido reconocidas por Unicef con este sello, un porcentaje que representa la media más alta a nivel nacional. Asturias fue pionera al adherirse a esta iniciativa cuando hace quince años se convirtió en la primera comunidad en promover el programa Ciudades Amigas de la Infancia. Además, se mantiene como la autonomía que lidera este movimiento en España, ya que el 45% de sus municipios disponen de esta distinción y representan el 12% de los 274 acreditados en todo el país.