La Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo ha dado el visto bueno al inicio de los trámites para la inclusión del castro de Antrialgu (Piloña) en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias (Ipca), segundo nivel de protección patrimonial en el Principado.

Así lo ha anunciado hoy la consejera de Cultura, Berta Piñán, en la visita que ha realizado al yacimiento piloñés en compañía del alcalde, Iván Allende, y a la que también han asistido la concejala de Cultura de Piloña, Azucena Iglesias; el alcalde de la parroquia de Villamayor, Andrés Rojo, y los arqueólogos Juan Muñiz y José Antonio Longo.

Piñán ha explicado que la protección del castro permitirá una mayor facilidad de acceso a las ayudas para la realización de investigaciones arqueológicas en el castro, así como un amparo jurídico que garantice la conservación de los restos aparecidos hasta el momento. Además, la inclusión en el inventario supondrá que cualquier intervención en el ámbito del castro esté controlada y supervisada arqueológicamente.

La inclusión del yacimiento de Antrialgu en el inventario se completará antes de un plazo de 16 meses, siempre que obtenga un informe favorable previo de al menos una institución consultiva y tras un periodo de información pública.

El castro ha sido objeto durante los últimos dos años de varios trabajos arqueológicos que han documentado, entre otros vestigios, una vía antigua de posible origen romano, los restos de un muro exterior y torres que podrían tener una función de control de dicho camino y defensiva, restos de cabañas cuyas paredes se construyeron con cañas y barro sobre zócalo pétreo, fragmentos cerámicos y metálicos de época antigua y medieval.

La relevancia de este yacimiento radica en el ámbito en el que se ubica, ya que durante años ha existido un vacío en la zona oriental de Asturias respecto a localización de poblados castreños.

El castro de Antrialgu está emplazado sobre la colina dominante que se alza entre la riega llamada La Goleta, al norte, y el río Piloña, al sur. Desde este punto se domina la amplia vega del río Piloña hasta Villamayor. En este punto se situó una torre reseñada por Pascual Madoz en su Diccionario, de 1850, y a la que otorga un origen legendario “en la época de los árabes”; un lugar al que testimonio orales conservados en la memoria de los vecinos atribuyen la aparición en él de varias esculturas y enterramientos.

El paraje recibe el nombre de El Castro o Castillón d´Antrialgu, y una de sus fincas es la conocida como La Torre. En la parte alta de esta elevación se percibe la construcción de un cierre perimetral que contribuye a un aterrazamiento artificial que acomoda la orografía natural para ofrecer una mayor plataforma superior. Este sistema presenta varias facturas distintas, ofreciendo una anchura de paramentos que alcanzan los 2,5 metros.

En la ladera occidental se encuentran varias construcciones de planta circular y un muro transversal que condicionan el discurrir de un camino enlosado que rodea el emplazamiento y entra en el castro por un acceso en clavícula situado en la vertiente sur.

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