El mapa de la memoria histórica en Asturias ha dado un paso muy importante en esta legislatura. De los 81 monolitos incluidos en el plan de señalización de fosas de víctimas de la Guerra Civil y de la dictadura franquista aprobado por el Gobierno del Principado, 77 están ya instalados con los dos inaugurados hoy en el concejo de Cangas del Narcea.

El consejero de Presidencia y portavoz del Principado, Guillermo Martínez, ha participado en la localidad canguesa de Bimeda en la inauguración oficial del monolito donde yacen restos de personas asesinadas durante la Guerra Civil y la represión franquista. Al acto han asistido familiares de las víctimas y miembros de organizaciones de recuperación de la memoria histórica, así como el viceconsejero de Cultura y Deporte, Alejandro Calvo; el director general de Justicia e Interior, José Luis Villaverde; los alcaldes de Cangas del Narcea y Degaña, José Luis Fontaniella y José Manuel Fernández, respectivamente, y representantes de instituciones públicas del Suroccidente.

El Mapa de Fosas Comunes de Asturias, elaborado por un equipo de historiadores y expertos de la Universidad de Oviedo, identificó 352 puntos donde fueron sepultados restos de víctimas de la contienda civil y de la dictadura franquista. El Principado, en la legislatura 2007-2011 y con la aprobación de la Ley 52/2007 de la Memoria Histórica, diseñó un plan para señalizar 81 de estas fosas. En la primera fase, hasta la primavera de 2011, se colocaron nueve monolitos. Durante los meses en que el Ejecutivo autonómico estuvo presidido por Francisco Álvarez-Cascos, de Foro Asturias, se paralizó este proyecto, que fue retomado en el verano de 2012 por el Gobierno del presidente Javier Fernández.

El desarrollo de la iniciativa en estos dos años y medio ha permitido señalizar 77 fosas comunes, con las dos inauguradas hoy en Cangas del Narcea, y quedan pendientes cuatro en Oviedo, Castrillón, Ribera de Arriba y Sobrescobio, que se acometerán antes de que concluya la presente legislatura.

El Mapa de Fosas Comunes elaborado por la Universidad de Oviedo identificó 11 en el concejo de Cangas del Narcea y el plan de señalización incluyó dos emplazamientos: las fosas comunes de Bimeda y la de la carretera AS-15 (Cangas del Narcea a Puerto de Cerredo), entre las localidades de Veiga de Rengos y Rengos. Estos monolitos inaugurados hoy se suman a otras señalizaciones en el municipio cangués:

    en las fosas de los cementerios de Rengos y Arayón, en la propia villa de Cangas, ambas en memoria de republicanos fusilados, colocadas por sus familiares;     en Besullo, en recuerdo de los maestros represaliados,     y en el exterior del juzgado, dedicada al periodista cangués Gumersindo Díaz Morodo, muerto en el exilio, en Francia, y patrocinada por la sociedad Tous pa tous.

El mapa de lugares de la memoria en Cangas del Narcea se ha reforzado con la reciente resolución de la Consejería de Educación Cultura y Deporte, del pasado 16 de enero, por la que se incluyen en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias los dibujos y grafitos de las celdas de los juzgados.

En la fosa de Bimeda se localizaron los restos de José Fernández Mora, conductor de 36 años, y de Ceferino Farfante Rodríguez, maestro de 33. Ambos fueron fusilados el 12 de septiembre de 1936. En Veiga de Rengos, donde se ha instalado otro monolito similar al de Bimeda, se recuerda a otras víctimas, cuya identificación no ha sido posible con certeza.

El acto ha contado con la presencia de familiares de las víctimas, entre ellos Hilda Farfante Gayo, hija de Ceferino Farfante y de la también maestra Balbina Gayo, cuyos restos no se ha podido determinar con exactitud si descansan en la fosa de Veiga de Rengos o en el cementerio de esta localidad, y también de la hija de Fernández Mora. Hilda Farfante ha dedicado su vida a la recuperación de la memoria de las víctimas de la dictadura y es colaboradora de un documental sobre los maestros republicanos.

El consejero de Presidencia ha señalado que con el plan de señalización de fosas comunes Asturias cumple con “el deber de memoria que hace justicia a las víctimas”. A su juicio, actos como el celebrado hoy en Cangas del Narcea permiten recordar “a los que fueron víctimas de la barbarie, proclamar la vigencia de esa injusticia para que no se vuelva a repetir y vacunar a las generaciones venideras contra la amnesia”.

 

La señalización de las fosas comunes comenzó en Asturias con la recuperación de la democracia, a finales de los años setenta. Esporádicamente empezaron a exhumarse algunas y, a instancias de ayuntamientos, partidos políticos, asociaciones o particulares, se instalaron monumentos, monolitos o placas en varios puntos. Son destacables los de las fosas comunes de los cementerios de Oviedo, Gijón o Llanes y determinados monumentos y placas en las Cuencas, como los de Funeres, La Colladiella, La Camperona o La Teyera.

Fue el movimiento asociativo de la memoria histórica el que demandó apoyo público para la exhumación y dignificación de las fosas. A finales de 2007, la denominada Ley de la Memoria Histórica adoptó una batería de medidas que abrió las puertas a la elaboración del Mapa Nacional de Fosas Comunes.

 

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