El Gobierno de Asturias dará prioridad a los proyectos de investigación e innovación que se enmarquen en los ámbitos del envejecimiento activo y longevidad, y en la disminución de emisiones y gases de efecto invernadero. Estas son las dos grandes líneas estratégicas que guiarán la I+D+i regional hasta 2030 y que han quedado definidas esta mañana por el grupo de trabajo del Programa Misiones, integrado tanto por la administración regional como por representantes de la Universidad de Oviedo, organismos de investigación, centros tecnológicos y empresas.

Además de movilizar a investigadores y empresas para presentar propuestas que opten a fondos nacionales y europeos, el objetivo del Principado es que Asturias pueda liderar un proyecto piloto nacional en una de las misiones acordadas, que tienen las siguientes características:

Envejecimiento activo y longevidad. El reto es aumentar el porcentaje de personas que vive de forma autónoma durante más años y con mayor calidad de vida. Y para ello, las propuestas harán hincapié en la prevención de patologías asociadas al envejecimiento, enfermedades neurodegenerativas y metabólicas, o enfermedades crónicas. Las áreas de interés abarcan desde el análisis genómico, la alimentación, el uso de big data sobre enfermedades, desarrollo de terapias, tratamiento de la dependencia o estudios vinculados al envejecimiento.

Disminución de emisiones y gases de efecto invernadero. La línea estratégica es desarrollar en Asturias las tecnologías necesarias para la reducción de emisiones. El objetivo es obtener y almacenar energía renovable a la vez que se reducen las emisiones industriales y el efecto invernadero en la región. El porcentaje concreto de la reducción de emisiones quedará definido a través de los proyectos que se presenten. Las propuestas podrán incluir actuaciones vinculadas a la economía circular, energías renovables, alternativas sostenibles para el uso de carbono no renovable, aprovechamiento de las energías residuales o de combustibles derivados de residuos y producción de hidrógeno mediante la gasificación de la biomasa.

La Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad confía en que se movilicen al menos diez consorcios científico-empresariales que lideren otros tantos proyectos. Asturias cuenta con 250 empresas de base tecnológica (spin-off) y 352 firmas innovadoras, lo que supone un potencial de más de 600 compañías que podrían unirse a grupos de investigación para desarrollar proyectos alineados con una de las dos misiones en las que se especializará el Principado.

El titular del departamento, Borja Sánchez, ha animado tanto a investigadores como a empresas a presentar proyectos e intentar captar fondos nacionales y europeos. Además, el Gobierno de Asturias se muestra dispuesto a “seleccionar dos de los proyectos que se presenten y asumir su financiación y puesta en marcha desde el Principado a partir de 2021 y en sucesivos presupuestos”, ha indicado Sánchez.

A partir de ahora, se publicarán las bases reguladoras y una convocatoria de 400.000 euros para la composición de los consorcios, recolección y tratamiento de datos, preparación de estudios y establecimiento de pruebas piloto de cara a definir las propuestas concretas que puedan optar a financiación nacional y europea para su desarrollo.

El director general de Innovación, Investigación y Transformación Digital, Iván Aitor Lucas, ha destacado también que Asturias es la comunidad española más avanzada en el proceso de desarrollo de las misiones científicas. El objetivo es contar con proyectos ya preparados cuando se abra la convocatoria europea, que desplegará más de 90.000 millones de euros entre 2021 y 2027 en acciones de investigación e innovación, buena parte de ellos ligados al Programa Misiones, una iniciativa que en Asturias se enmarca tanto en el Plan de Ciencia, Tecnología e Innovación (PCTI) como en la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3).

A la reunión de esta mañana han asistido más de 60 representantes de prácticamente todas las entidades participantes en el grupo de trabajo, en el que están implicadas seis consejerías del Gobierno de Asturias, la Universidad de Oviedo, CSIC, centros tecnológicos y empresas.

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