Agentes de la Dirección del Medio Natural, de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, han procedido a reintroducir una cría de oso pardo huérfana en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea. La liberación se ha realizado en la zona que el personal técnico ha considerado óptima, por ser la que presenta condiciones similares a las del espacio donde fue capturado el ejemplar.

El dispositivo de geolocalización colocado a la cría ha permitido realizar un seguimiento de sus movimientos y verificar que el proceso se está desarrollando de forma satisfactoria. Además, la información que se obtiene es de gran valor para adquirir un conocimiento preciso de la capacidad de supervivencia de crías de oso huérfanas en su primer año de vida y para permitir orientar mejor las decisiones de gestión sobre esta especie.

El ejemplar fue hallado por agentes del Medio Natural durante el visionado de unas grabaciones de las inmediaciones del río Naviego (Cangas del Narcea) el 12 de junio, e inmediatamente se desplazaron equipos a las localidades cercanas para localizarlo. La búsqueda concluyó sin éxito y tampoco fue posible recabar información sobre la presencia, en fechas de cercanas, de una osa adulta, lo que hizo indicar a los técnicos que el esbardo se encontraba aislado del grupo familiar.

Conforme a los criterios acordados en el grupo de trabajo sobre el Oso Pardo Cantábrico, se activó un dispositivo para apresarlo, mediante la instalación de varias jaulas. Una vez capturada la cría, se trasladó al Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje, donde se le realizó un chequeo y se le tomaron muestras. Se comprobó que se trataba de una hembra de unos 6 meses y 6,7 kg, con buen estado de salud. Asimismo, se procedió a colocarle un emisor de señal de radiofrecuencia y de señal de GPS, semejantes a los que se han puesto a otros ejemplares, como la osezna reintroducida en noviembre del pasado año en los Picos de Europa, y que permiten rastrear al animal una vez liberado.

La recuperación que ha experimentado la población de oso pardo en la cordillera en los últimos años, conlleva que también sea más frecuente localizar crías solas. Esta situación se puede generar por distintos motivos y se produce principalmente desde finales de la primavera hasta otoño, cuando los animales tienen entre 5 y 9 meses.

El grupo de trabajo sobre el Oso Pardo, en su última reunión, puso de manifiesto la escasa información disponible sobre la supervivencia de estos ejemplares en la naturaleza basada en datos de seguimiento mediante transmisores de señales de posición. Por ello, con el fin de atenuar este déficit y permitir adoptar medidas de gestión basadas en la mejor información disponible, se acordó actuar de forma proactiva en la captura de los ejemplares con el objetivo de dotarles de un transmisor (el cual se desprenderá de su cuerpo tras unos meses con la muda de pelo) que permita un seguimiento intensivo tras su liberación.

Entre las recomendaciones establecidas, se fijó que el periodo de cautividad fuese el más breve posible para reducir el riesgo de habituación al ser humano, siempre que el estado de salud del animal no aconseje una atención y cuidados prolongados. En este caso, la osezna ha permanecido en el Centro de Recuperación de la Fauna Salvaje solo 24 horas, completamente aislada y siguiendo protocolos estrictos para evitar la citada habituación.

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