La consejera de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente, Belén Fernández, ha anunciado hoy que el Gobierno del Principado está elaborando un plan integral de saneamiento para la ría de Villaviciosa y el río Linares que presentará antes de fin de año para consulta y coordinación con el resto de administraciones implicadas.

El estudio, que se realiza a instancias de la Junta General del Principado, determinará las actuaciones de saneamiento que requiere el estuario y que deberán acometer las administraciones local, autonómica y estatal: Ayuntamiento, Gobierno regional y Ministerio de Medio Ambiente, a través de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y de la Demarcación de Costas.

El documento, ha explicado Fernández, “contemplará las actuaciones necesarias de saneamiento, su valoración preliminar y la administración competente para su realización”.

La titular de Medio Ambiente, que ha respondido en el pleno de la Junta General del Principado a una interpelación relacionada con la contaminación de la ría de Villaviciosa, ha señalado que el problema más importante en este momento es el inadecuado funcionamiento de la red municipal de saneamiento del concejo, una red de tipo unitario a la que se incorporan aguas de dos cuencas naturales al oeste y suroeste de la capital del municipio, además de agua marina que se infiltra en ella por su deficiente estado en algunos puntos. Esta situación provoca que, incluso en episodios de lluvia escasa, la red municipal transporte más agua de la admisible y se produzcan vertidos a la ría desde el sistema urbano, principalmente en su incorporación al colector general en el aliviadero del Salín.

La consejera ha destacado que, si bien el ayuntamiento baraja la posibilidad de ejecutar un red exclusiva de pluviales, según trasladó a la consejería en una memoria técnica de 2013 denominada Plan de saneamiento de aguas pluviales de Villaviciosa, la Dirección General de Calidad Ambiental considera una alternativa “más realista y viable” llevar a cabo el descabezamiento de los arroyos que se incorporan a la red municipal, con el fin de que solo accedan a ella las escorrentías de las zonas urbanizadas, y que el resto de las aguas vayan al río. Esto supondría una importante mejora del funcionamiento de la red municipal y del colector general y sus bombeos, al tiempo que evitaría el colapso del alcantarillado municipal, las inundaciones en las zonas bajas del núcleo urbano, y múltiples vertidos a la ría.

Belén Fernández ha detallado otra serie de medidas que es necesario acometer, como la construcción de estanques de tormentas en la red municipal, la renovación de la red de saneamiento en la zona baja de Villaviciosa, el saneamiento de Amandi o las redes secundarias y conexiones domiciliarias al saneamiento, actualmente en construcción en la margen derecha de la ría, en su mayor parte de competencia municipal.

Además, ha recordado que, en apoyo al ayuntamiento, el Principado está acometiendo las conexiones domiciliarias de la localidad de Selorio, dentro de la obras de saneamiento de la margen derecha de la ría. Esta actuación, denominada Reforma de la EDAR de Villaviciosa e incorporaciones del saneamiento de las parroquias de Selorio, Carda y Tornón, se encuentra actualmente en ejecución con una inversión cercana a los 9 millones de euros.

La consejera también se ha referido a la importancia de que el Gobierno central acometa el saneamiento de la margen izquierda del estuario, actuación que, de acuerdo con el convenio para el desarrollo del Plan Nacional de Calidad de las Aguas, corresponde al Ministerio de Medio Ambiente con un importe estimado de 8,6 millones.

En este sentido, ha incidido en la necesidad de ejecutar en primer lugar el saneamiento de San Martín del Mar y la incorporación de sus aguas fecales al colector general en el aliviadero de Albatros para evitar los vertidos que se producen en las proximidades de las zonas de recolección de moluscos.

 

Belén Fernández ha apuntado que los niveles de contaminación de la ría bajaron significativamente tras las obras que el ayuntamiento realizó en noviembre de 2012 para evitar los vertidos directos de aguas residuales provenientes de la red de alcantarillado municipal en La Barquerina y La Alameda. Los valores registrados se situaban de 10 a 20 veces por debajo de los que se producían anteriormente, retomando los parámetros normales, con algunos picos que sobrepasaban ligeramente el límite establecido.

No obstante, ha reconocido que esta “notable mejoría” se truncó en los meses estivales, de acuerdo con los resultados obtenidos por la Dirección General de Pesca tras los análisis realizados en la carne de los moluscos.

Por su parte, la Dirección General de Calidad Ambiental realizó en septiembre un análisis de la calidad de las aguas con el fin de conocer la influencia real de los vertidos y arrastres que se producen en episodios de lluvias. Los resultados reflejan que este repunte de contaminación, que rompe la tendencia de los últimos dos años, está relacionado con un episodio de aporte de contaminantes a la ría procedente del drenaje de materia orgánica en la superficie de toda la cuenca a través, principalmente, del río Linares y de los arroyos laterales que drenan a la ría. A este fenómeno hay que añadir los vertidos de la red municipal de Villaviciosa, especialmente por los aliviaderos de La Barquerina y el Salín, y la muy probable remoción de sedimentos de la ría, teniendo en cuenta que la contaminación bacteriana presente en ellos sobrevive más tiempo de lo que lo hace en el agua.

La consejera ha recalcado que estos resultados muestran que la relación entre los alivios y el aumento de la contaminación está especialmente ligada a momentos de estiaje donde estos rebases, a pesar de ser más escasos, producen mucho daño, frente a la época invernal o de fuertes lluvias, en la que pese a producirse muchos alivios, la contaminación bacteriana se mantiene en niveles mucho más bajos.

A la vista de los resultados, Medio Ambiente ya ha solicitado la colaboración de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, en el ámbito de sus competencias en las aguas continentales, para tratar de atajar las condiciones que influyen negativamente en la calidad de las aguas del estuario.