Por Inaciu Iglesias, en El Comercio

Útiles. Eso es lo que les pedimos a nuestros administradores; que sean útiles y se tomen en serio su trabajo: menos etiquetas y más eficacia, menos bloques y más pactos, y menos dogmas y más acuerdos. Sigo pensando que uno de los grandes males de nuestras democracias —incluida la asturiana— es la polarización. Todo son extremos: blanco o negro, buenos y malos, papá contra mamá, rojos o azules, socialistas y populares… Y no funciona. Así que algo tendremos que inventar. Y en mi pueblo —de toda la vida— sabemos que el remedio contra los extremismos está en el centrismo. Y eso deberíamos hacer: centrarnos y concentrarnos en lo que realmente nos importa a todos. Que, en pocas palabras, no es otra cosa que llegar a acuerdos, evitar enfrentamientos y avanzar.

Va a haber elecciones en los próximos meses, y esa misma noche, tendremos que echar cuentas, sumar y construir. Mucho vamos a tener que construir y, para hacerlo, vamos a necesitar cemento. Mucho cemento. Más cemento que ladrillos. ¿Y por qué digo esto? Pues porque de ladrillos y bloques y líneas rojas estamos demasiado bien servidos. De inmovilismo, dogmatismo y enfrentamiento tenemos más que de sobra en nuestro pequeño y verde país. Y nos falta argamasa, pegamento y mortero para unir a unos y otros. Porque —no lo olvidemos— son el acuerdo, el pacto y el entendimiento los que dan consistencia, resiliencia y estabilidad a cualquier estructura.

Antes lo llamaban consenso. Y consensuar es algo que los asturianos tenemos que aprender a hacer mejor. Construir puentes, abrir caminos y establecer nuevas conexiones con diálogo, limpieza y firmeza; eso es la política: sellar alianzas, pactar acuerdos y ser útiles. Y, sí, ya sabemos que los puentes son precisamente lo primero que se lleva la corriente y que lo fácil es no moverse de una orilla cualquiera para sentarse a criticar a los de enfrente. Pero, para variar, hagamos lo difícil: atrevámonos a buscar conexiones.

¿Queremos ver nuestros trenes funcionando? Busquemos conexiones ¿Necesitamos un nuevo estatuto? Busquemos conexiones ¿Nadie nos hace caso en Madrid? Busquemos conexiones. Hagámoslo porque las conexiones son signo de inteligencia: establecer relaciones entre las cosas nos ayuda a entender el mundo; nada pasa de casualidad. ¿No respondieron a tus treinta y siete llamadas y no entiendes por qué? Pues está muy claro. ¿No quieres desayunar porque hace frío y nunca terminas de entrar en calor? Pues ya lo sabes ¿No te atreves a defender lo tuyo por miedo a que te llamen nacionalista y te toman por el pito del sereno? Pues tú mismo.