Por José Manuel Balbuena, en El Comercio

No es ninguna casualidad. Ni tampoco sorpresa. Me refiero a que la sede de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial (AESIA) acabase recalando en La Coruña, tal y como supimos el lunes pasado. Por un lado, tenemos que la candidatura gijonesa fue impulsada sin demasiado entusiasmo. Era necesaria una mayor implicación política, tanto a nivel municipal como autonómico, para obtener un mejor resultado. Granada y Alicante -las otras dos grandes favoritas- habían puesto toda la carne en el asador para lograrlo. De hecho, la urbe andaluza sopesaba incluso impugnar el proceso de adjudicación. Así de mal se lo han tomado. En cambio, aquí hicimos un respaldo muy «light» que nos apartó del camino ganador a las primeras de cambio. Es más, los argumentos que utilizó el Gobierno central en La Coruña, también hubieran sido válidos para La Laboral de Gijón. Por ejemplo, habla de la existencia de un «importante ecosistema universitario y empresarial» en la ciudad gallega. Exactamente lo mismo que tenemos en el Parque Científico y Tecnológico, con un proyecto de ampliación recientemente aprobado. Además, claro, del campus de Viesques como complemento. Por tanto, desconocemos qué más nos ha hecho falta, además de que otros supieron vender el producto mucho mejor.