E sta semana cumple 11 años el espíritu del 11. En aquellos días iniciales de 2011 un grupo de asturianos supo conectar y encauzar el cabreo y la esperanza de la sociedad asturiana. Cabreo por 30 años de “duernu” y perdida de posición y oportunidades respecto al resto de España; Esperanza de revertir la situación desde la sociedad civil con un liderazgo potente.

La esperanza y la ilusión duraron poco, exactamente hasta el día de Santa Rita, la de los casos imposibles. Aquel 22 de mayo 178.000 asturianos confiaron en FORO Asturias para cambiar la historia del Principado, pero no sabíamos dos cosas, la primera que el PPSOE era más solido que nuestra voluntad de cambio y la segunda, que el líder que habíamos entronizado era un delincuente.

Conviene recordar que quien impidió el gobierno del cambio fue el PP que bloqueó cualquier posibilidad de un gobierno alternativo al sistémico del PSOE negándole a FORO Asturias los votos necesarios en una cámara donde juntos sumábamos 26 de los 45 diputados, curiosamente los mismos que ahora tiene la izquierda sin problemas para apañarse.

También tenemos que reconocer que nosotros confiamos en quien no debíamos, un autoritario incapaz de escuchar y ponerse de acuerdo con nadie cuya avaricia insaciable empezó desairando la ilusión de los asturianos cobrando por los mítines que daba y que terminó imputado en la Audiencia por haber convertido nuestro partido en su fondo de pensiones.

Y aún con todo esto, mereció la pena. Las razones y el diagnóstico de 2011 siguen vigentes y los responsables de nuestro retraso siguen al volante. En aquel año, los asturianos fuimos una vez más en la historia pioneros políticos en España, nos anticipamos con nuestra transversalidad y rechazo al bipartidismo a los movimientos que después protagonizaron Podemos y Ciudadanos alterando el tablero político español.

También hicimos cosas muy bien, como los 8 años de gobierno de Carmen Moriyón en los que demostró que, aunque parezca imposible, en Asturias también se puede gobernar y vivir con menos impuestos, menos burocracia, menos prohibiciones y dialogando con todos los que están dispuestos a hacerlo. El ejemplo de Carmen en Gijón/Xixón sobrevive en conceyos como Salas, Peñamellera Alta o Amieva representa el auténtico espíritu del 11 y debe ser nuestra baza para ofrecer a los asturianos y asturianas el cambio que seguimos necesitando.

Hoy 11 años después Asturias sigue igual o peor. Todos los partidos, sin excepción, tienen una correa al cuello amarrada desde Madrid y sus agendas políticas dependen de como les tiren de ella y cuando tienen margen lo dedican a proteger el carguín y la paguina en vez de ocuparse de los problemas de Asturias.