Carmen Moriyón: “La exposición ‘Patria de Sidra’ permite la recuperación, el estudio y la difusión de un emblema de nuestro patrimonio asturiano y ahonda en el fortalecimiento de la identidad de Asturias”
“Pese a que el cultivo de manzana y la producción de la sidra es uno de los elementos más reseñables de la identidad asturiana, no han tenido la atención y el estudio científico que merecen como rasgos determinantes de la configuración histórica de Asturias”
“Los hermanos Crabiffosse han realizado una tarea exhaustiva y rigurosa que pone al alcance de todos los asturianos, piezas, documentos, y materiales diversos que no se habían mostrado públicamente, hasta ahora, así como unas conclusiones inéditas”
“Esta exposición y el estudio que la acompaña con el título “Patria de Sidra. La industria de la sidra champagne en Asturias, 1884-1936” suponen un hito en el conocimiento científico de la evolución más contemporánea de la sidra y todos sus significados”
“Gijón fue epicentro de la mayor actividad productiva del sector, teniendo aquí su sede el mayor número de empresas sidreras de Asturias”
"Como todos sabemos, la tradición de la elaboración de nuestra sidra se hunde en la historia de Asturias, al menos desde que los romanos bautizaron como ‘sicera’ la bebida refrescante nacida de la fermentación de los zumos de las manzanas producida en los vergeles del campo asturiano. La cultura de la sidra se ha convertido con el paso de los siglos en uno de los grandes emblemas de nuestra tierra, una seña de identidad de nuestra gastronomía, de nuestra tradición popular, de nuestras raíces y de nuestra convivencia ciudadana. Las pumaradas, los llagares, las espichas, las inconfundibles botellas verdes de cuello largo y curvado, los finos y típicos vasos de vidrio, el rito de escanciar para ‘espalmar’ la sidra, convertido en el arte de ‘tirar’ el ‘culín’, el sorbo de un trago para paladearla y ofrecerle el borde limpio al compadre vecino en la sidrería…. Es el mundo de la fraternidad popular de la sidra que seguimos disfrutando los asturianos, enriquecida hoy con los modernos artefactos para, sentados alrededor de las mesas con mantel, de los restaurantes, fingir que mantenemos la tradición.
El mundo de la sidra conserva y fomenta el cultivo de la manzana en las pumaradas; manzanas que alimentan como materia prima la industria de la producción y la comercialización de una bebida cada día menos artesanal pero que cuida extraordinariamente la calidad y la variedad de una parte muy importante del cada vez más potente sector agroalimentario, y que aporta una riqueza insustituible en la Asturias rural..
Por ello, la exposición que hoy inauguramos tiene una gran trascendencia, no solo para Gijón sino para toda Asturias.
Bajo el título “Patria de Sidra”, esta muestra exhibe un conjunto de piezas -702 en total- mayoritariamente desconocidas o inéditas que se exponen ahora por primera vez. Se trata de fotografías, pinturas, litografías, botellas, etiquetas, facturas, documentación de jarras, música, juegos relacionados con la sidra…
Es, como les digo, la primera vez que en Asturias se realiza una exposición de este alcance y de estas características. Nunca, hasta la fecha, se hizo un estudio tan exhaustivo sobre la sidra de Asturias.
Gijón, una vez más, marca un nuevo hito en el estudio, la divulgación y difusión de nuestra historia agraria, artesana e industrial y de nuestro patrimonio cultural y gastronómico. Quisiera explicarles el significado del título de esta exposición. “Patria de Sidra”.
Pese a que el cultivo de manzana y la producción de la sidra es uno de los elementos más reseñables de la identidad asturiana, no han tenido, salvo aportaciones puntuales, la atención y el estudio científico que merecen como rasgos determinantes de la configuración histórica de Asturias.
La utilización folclórica, publicitaria y mediática de la sidra ha desvirtuado contemporáneamente, en gran medida, el verdadero sentido que encierra este sector en muchos ámbitos de la vida asturiana.
La inexistencia de un estudio científico sólido ha dificultado distinguir todos los extremos que caracterizan su origen y desarrollo, así como los condicionantes históricos que determinan su coyuntura en cada periodo concreto.
Frente a los múltiples tópicos en torno a la sidra era necesario profundizar en las fuentes documentales y estudiar toda clase de materiales para dejar patente una realidad que retratase con certeza todos los extremos de un fruto y de una bebida que, a lo largo del tiempo, reflejaron la evolución de Asturias desde el medio campesino y rural al industrial y urbano.
Esta tarea fue la que afrontó Manuel Crabiffosse Cuesta durante más de dos décadas de investigación y estudio, con el inestimable y valioso apoyo de sus hermanos, Francisco y Juan Pablo Crabiffosse. Una tarea exhaustiva y rigurosa que pone al alcance de todos nosotros, de todos los asturianos, piezas, documentos, y materiales diversos que no se habían mostrado públicamente, hasta ahora, así como unas conclusiones inéditas que se focalizan principalmente en dos periodos concretos.
En esta exposición vamos a viajar en el tiempo. En primer lugar, conoceremos la revolución que se opera desde los años centrales del siglo XVIII hasta bien entrada la centuria siguiente en el campo asturiano en torno a los párrocos ilustrados y a los propietarios que asumen y difunden la ideología ilustrada, y con ella importan y aplican nuevos métodos de plantíos, variedades desconocidas, técnicas de producción, conservación y mercados, etc. Esta inquietud por la novedad agita un proceso en el que la sidra va a alcanzar de modo progresivo un papel central como bebida popular, que irá desplazando el consumo del vino, lo que conlleva un nuevo estatus social y económico que impregnará muchos de los usos sociales de los asturianos.
Consecuencia de esa difusión y proyección será la apertura de un nuevo periodo clave cuyos orígenes se focalizan a mediados del siglo XIX con la aplicación de nuevas técnicas de conservación y transformación que multiplican el mercado de la sidra, y cuyos hitos serán la gasificación y la champanización, y una industrialización masiva con la aparición de empresas en prácticamente toda la geografía de Asturias.
Es este periodo de industrialización plena el que Manuel Crabiffosse da a conocer ahora con la exposición “Patria de Sidra” y la edición del estudio que la acompaña con el título “Patria de Sidra. La industria de la sidra champagne en Asturias, 1884-1936”. Ambos trabajos suponen un hito en el conocimiento científico de la evolución más contemporánea de la sidra y todos sus significados.
Gijón fue escenario, de la mano de Tomás Zarracina, del primer paso para una industrialización decisiva, que tuvo además en la ciudad y en su concejo el epicentro de mayor actividad productiva del sector, teniendo aquí su sede el mayor número de empresas sidreras de Asturias.
Bastaría este dato para justificar que el Ayuntamiento de Gijón se propuso impulsar esta exposición y este estudio, pero tal como se nos revela en esta muestra y en el catálogo correspondiente, este núcleo sidrero local potenció además, de modo muy considerable, nuestra industria vidriera y el ya tradicional sector gráfico, que llevó multiplicado en etiquetas y carteles el nombre de la ciudad a todos los continentes. De este sector sidrero destacan también otros aspectos referidos al empleo, como que las plantillas de trabajadores se surtían de modo especial de mano de obra femenina. También influyó de modo notorio la evolución de la sidra en esa idiosincrasia gijonesa de sociabilidad y apertura, y en la normalidad de un consumo que adoptaba lo tradicional y del mismo modo se abría a las innovaciones.
Quisiera destacar que en la materialización de esta muestra que se ha organizado desde el Departamento de Museos (de la Fundación Municipal de Cultura) ha sido clave, una vez más, la cooperación de los museos de la red municipal: Museo Casa Natal de Jovellanos y Museo del Pueblo de Asturias, de los que proceden la gran mayoría de las piezas expuestas. Sin el trabajo de estas instituciones y de sus técnicos y profesionales, esta exposición no habría sido posible.
Sirva esta excepcional exposición como muestra de esa generosa vanguardia que, de la mano de la sidra y de todos sus significados, recupera, estudia y difunde lo mejor de nuestro patrimonio asturiano, lo que supone un motivo de orgullo para nuestra ciudad, que así continúa su entrega en el fortalecimiento de la identidad de Asturias.
Una exposición va a hacer posible que desde Gijón y desde Asturias, todos cuantos nos visiten, asturianos o forasteros, puedan recuperar y conocer esta parte esencial y significativa de nuestro pasado, que enriquece una parte importante de nuestro acervo cultural y de nuestras mejores tradiciones populares e industriales, inspiradoras del carácter abierto de los asturianos.
Reitero, en nombre propio y en el del Ayuntamiento de Gijón nuestro agradecimiento más sincero a cuantas instituciones y particulares han contribuido y colaborado a su realización.
Muchas gracias”.
Carmen Moriyón: “La exposición ‘Patria de Sidra’ permite la recuperación, el estudio y la difusión de un emblema de nuestro patrimonio asturiano y ahonda en el fortalecimiento de la identidad de Asturias”
Pedro Leal: “Proponemos al Gobierno de Asturias que elabore y presente la candidatura de la cultura asturiana de la sidra a Patrimonio Inmaterial de la UNESCO en el año 2019”
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