"No debemos olvidar que nuestra tierra empezó a salir de la más absoluta pobreza por el empuje y la iniciativa de empresarios como D. Luis Adaro, que convirtieron una provincia aislada y rural en una región industrial"

"Gijón debe darle también las gracias por su trabajo al servicio de su desarrollo, por su rigurosa fidelidad a Jovellanos, por sus cientos de iniciativas al servicio del engrandecimiento de nuestra ciudad, por la consolidación de la Cocina Económica"

Hace unos días inaugurábamos la 58 Feria Internacional de Muestras de Asturias, el acontecimiento más importe del verano gijonés y asturiano. Y es que detrás del colorido y animación de la Feria está el fruto del esfuerzo de las empresas asturianas, un abanico representativo de la producción regional en bienes y servicios.

Aquí está la Asturias que trabaja y se esfuerza, la que trata de vender fuera de nuestras fronteras cuando el consumo interior baja, la que tiene fe en el trabajo bien hecho. En la Feria está un compendio de la obra colectiva de los asturianos, verdadero exponente del progreso regional, indispensable para el bienestar de la sociedad.

La discusión sobre las dos almas de la Villa de Jovellanos, urbe industrial o de servicios, encuentra su síntesis en esta Feria de Muestras, porque ella es uno de los principales reclamos de la actividad turística regional y la mejor referencia de la actividad industrial asturiana.

La FIDMA hunde sus raíces más remotas en la Exposición Regional de 1889, en plena época de exposiciones universales, pero el título de Feria de Muestras de Asturias no llegó hasta el año 1924, en que se llevó a cabo la primera edición por iniciativa del presidente de los empresarios gijoneses, Romualdo Alvargonzález. La prosperidad del periodo de entreguerras y el gran empuje recibido por Asturias gracias al giro introducido en la política económica por el ministro Cambó, al privilegiar el carbón como gran fuente de energía nacional, posibilitó el auge empresarial.

La edición de este año de la Feria en la que hoy nos encontramos está marcada por el centenario del nacimiento de Luis Adaro y Ruiz-Falcó, principal responsable de que la Feria Internacional de Muestras de Asturias sea la espléndida realidad del presente. Presidente de la Cámara de Comercio entre 1961 y 1978, recuperó en 1965 la iniciativa de los certámenes feriales. Lo llevaba en el sangre, su abuelo, Luis Adaro y Magro, fundamental en el proceso inicial de expansión industrial de Asturias, organizó desde la Cámara de Comercio la Exposición Regional del año 1899, precedente de las actuales ferias.

Luis Adaro dio con la fórmula magistral de la Feria de Muestras, al crear un evento donde concurren las novedades productivas regionales, nacionales e internacionales, utilizando el recinto ferial como espacio para el encuentro y la colaboración empresarial, y aprovechando el atractivo de la Feria para convertirla en un foro de debate sobre la coyuntura económica, así como  lugar adecuado para otras reflexiones culturales.

De esa trayectoria se pueden sacar algunas conclusiones:

 

1. La ambición regional del proyecto, que en ningún momento es fruto del localismo, sino de la vocación y capacidad de hacer región que tienen Gijón y sus instituciones, como la Cámara de Comercio, Industria y Navegación.

2.  El papel insustituible de las empresas, como fuente de riqueza de un territorio. No hay ninguna región del mundo que esté en la vanguardia del progreso sin contar con un potente tejido empresarial. Apliquémonos el cuento cuando reflexionemos sobre el futuro de Gijón y de Asturias. Las trabas a las empresas, bien sean burocráticas (trámites administrativos) o económicas (tributos altos), son zancadillas que se ponen al bienestar.

3.  Otra conclusión es el efecto multiplicador que tiene la colaboración entre instituciones y empresas formando un conglomerado positivo. Una colaboración que nace de la confianza mutua, creando las instituciones el ambiente necesario para que florezca la actividad económica, y poniendo los empresarios la iniciativa, la creatividad y el riesgo.

4. Por último quisiera citar el efecto permanencia. La voluntad de continuar, de estar presente, sean cuales sean las circunstancias económicas y políticas, convirtiendo a la Feria de Muestras de Asturias en un rasgo de identidad del territorio y un activo fijo de la región.

El principal protagonista de la Feria son las empresas, así nació de la mano de Luis Adaro hace 49 años; y él mismo decía que “si se quiere triunfar en el terreno de la economía, la política debe amparar la libre acción empresarial”; hoy en el año 2014 no me canso de insistir en que por muy acertada que sea la gestión de los responsables políticos, en Gijón y en Asturias, como en cualquier otra ciudad o comunidad autónoma, no habrá progreso sin una actividad empresarial privada sólida y competitiva. Nadie podrá señalar una región próspera sin un tejido empresarial pujante.

Ya lo decía Jovellanos “la riqueza trae la felicidad a los pueblos”, y también lo decía Luis Adaro. Y es que no hay ninguna región del mundo que esté en la vanguardia del progreso sin contar con un potente tejido empresarial.

No debemos olvidar que nuestra tierra empezó a salir de la más absoluta pobreza por el empuje y la iniciativa de empresarios como Luis Adaro, que convirtieron una provincia aislada y rural en una región industrial.

Luis Adaro era un empresario con mayúsculas. No tenía nada que ver con el modelo de negocio de propietario desconocido, sin un rostro representativo y con sensación de lejanía.

El compromiso era la hoja de ruta de Luis Adaro; compromiso con los empleados, con Gijón, con el vecindario, con los proveedores, con los clientes y con su propio negocio que era,  y sigue siendo, una prolongación de la vivencia familiar.

Decían de él que era un triunfador valiéndose de medios que en absoluto estaban de moda como la humildad, el desprendimiento, la bondad, la sinceridad, y la entrega generosa a los demás.

Mantuvo una indudable presencia en el plano institucional, estableciendo relaciones con todos aquellos organismos y fundaciones vinculadas a nuestra ciudad.

Colaboración entre administración y empresa; enunciados que hoy en día no siempre se cumplen. Los gobiernos siguen planteando dificultades, no retiran obstáculos, impiden prosperar la iniciativa privada. La actividad empresarial necesita que los gobiernos cumplan con su humilde papel, que no es otro que: formación adecuada, infraestructuras potentes, suelo industrial barato, crédito accesible y bajos impuestos. Esa es su misión. A partir de ahí hay que dejar actuar a los que saben, a los que tienen vocación de desenvolverse en el mercado de trabajo, a los que quieren arriesgar, a los que conocen con detalle las mercancías y los servicios que ponen en el mercado.

Luis Adaro era una persona implicada en los mecanismos necesarios para impedir un asilamiento en transportes y comunicaciones de Asturias. Hablaba de infraestructuras indispensables como el puerto de Gijón –que también obsesionó a Jovellanos-, la mejoría de los enlaces ferroviarios.

Formulaba una afirmación que convertía casi en sentencia: “ El desarrollo futuro de Asturias dependerá, fundamentalmente, del puerto de Gijón”. Incluso cuando ya superaba los 90 seguía diciendo que los días buenos o malos de Gijón estarían siempre unidos a la bonanza o la crisis del puerto.

El Musel siempre fue la esperanza de Gijón. Sin nuestro puerto seríamos esto o aquello, pero seguro que otra cosa distinta y peor de lo que somos. Más del 80% de las exportaciones y las importaciones asturianas se realizan por el Musel. La ampliación portuaria es un elemento decisivo para mejorar la competitividad de El Musel y nos pone en pie de igualdad con otros puertos del Estado que mejoraron sus instalaciones. La ampliación del Puerto, con la nueva terminal de graneles, es una gran herramienta para la generación de actividad económica, pero necesita la captación de nuevos tráficos para rendir todo su potencial.

El Musel es indiscutible, pero no se puede soslayar la complicada coyuntura que atraviesa al haberse puesto en dificultades su rentabilidad y la posibilidad de ofrecer servicios competitivos.

Una vez conocido el informe reciente, emitido por la Oficina de Lucha contra el Fraude, sobre la ampliación del Puerto del Musel  me preocupa la potencial carga económica que tuviera que asumir el Puerto, pero peor sería la pérdida de imagen. Si llegado el momento el Puerto se ve obligado a sufrir las negativas consecuencias de una resolución administrativa o una sentencia judicial desfavorable, habría que hacer un esfuerzo por distinguir el nombre de El Musel, inocente en toda esta triste historia, de los responsables que hayan podido cometer las presuntas irregularidades.

El Musel y la Feria de Muestras son iconos de Gijón y elementos imprescindibles para el progreso de Asturias. El futuro sólo lo podremos ganar a partir de proteger, potenciar y renovar aquellos bienes y actividades, como El Musel o la Feria de Muestras, que están en la base de nuestro bienestar y constituyen parte de nuestra identidad gijonesa y Asturiana. ¡Ojalá acertemos en la tarea!

Las comunicaciones eran una obsesión para Luis Adaro, tierra, mar y aire, y en las tres vías se mostró siempre beligerante, porque repetía hasta el cansancio que sin ellas no habría desarrollo posible para la región.

Sin duda, al igual que Jovellanos, detectaba con clarividencia la realidad asturiana y las necesidades para su desarrollo, que hoy todavía siguen sin solución.

Lamentablemente estamos sufriendo en momento actual el expolio de sustracción del derecho de Asturias a estar incluida en la Red Europea de Alta Velocidad, derecho alcanzado en el año 2000. Y al abandono del proyecto de la Variante de Pajares se suma el injustificado acorte de la pista del Aeropuerto  de Asturias que  mina definitivamente el futuro del aeropuerto como infraestructura de referencia, limitando su capacidad operativa y perjudicando el tránsito de pasajeros y de mercancías, impidiendo la operatividad de  aeronaves de alta capacidad.

Homenajeamos hoy al llamado “Jovellanos de la segunda parte del siglo XX”, a Luis Adaro, en la 58 edición de una Feria de Muestras que sin duda le debemos y que él mismo calificaba como “escaparate de Asturias”; pero Gijón debe darle también las gracias por su trabajo al servicio de su desarrollo, por su rigurosa fidelidad a Jovellanos, por sus cientos de iniciativas al servicio del engrandecimiento de nuestra ciudad, por la consolidación de la Cocina Económica, -que él consideraba su obra predilecta-  a la que dedicó toda su vida a sabiendas de que de su eficacia y buen funcionamiento dependía el sustento diario de muchas personas, e incluso actualmente, por desgracia, de familias enteras; por imaginar un museo etnográfico bajo el nombre de “Pueblo de Asturias” que él mismo hizo realidad; y por tantas otras obras y proyectos.

Termino con una frase de Florentino Fano, abogado, empresario gijonés y directivo de la Cocina Económica. Decía así aludiendo a Luis Adaro: “ Era un hombre dialogante, muy tenaz, constante. Preparaba un proyecto y lo consultaba. Era un demócrata en su actuación. Todo lo admitía, lo reflexionaba y lo consultaba”.

Sin duda, necesitamos personas como Luis Adaro.

Espero y deseo que la 58ª edición de la Feria de Muestras sea un éxito rotundo. Así seguiremos alimentando la esperanza de salir definitivamente de esta larga crisis con las convicciones intactas y la misma autoestima como gijoneses y asturianos.

Muchas gracias.