FORO entrega a la presidenta de las Cortes Generales el Manifiesto en Defensa de los Derechos de los Habitantes del Parque Nacional, solicitando su apoyo con motivo del Centenario

“Ana Pastor se compromete, en el acto celebrado de los Picos de Europa, a entregar el manifiesto de FORO a todos los grupos de la Cámara Baja"

“La gestión del Parque debe hacerse con la participación real de sus habitantes y la colaboración de las entidades locales”

"Es necesario que las personas que ocupan puestos de responsabilidad en la gestión del Parque sean verdaderos conocedores del medio natural para asegurar su protección”

“Las políticas basadas únicamente en el turismo están provocando masificaciones en algunos lugares mientras otros están totalmente abandonados”

El alcalde de Amieva, Félix Fernández, el portavoz de FORO Cabrales, Fernando Nava, junto con la portavoz parlamentaria, Carmen Fernández, la senadora Rosa Domínguez de Posada y el diputado nacional Isidro Martínez Oblanca y varios directivos locales de la zona, han participado hoy en el homenaje de las Cortes Generales con motivo del I Centenario del Parque Nacional de los Picos de Europa. Los responsables de FORO han entregado a Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados, y al presidente del Senado, Pío García-Escudero, el manifiesto elaborado por el partido en Defensa de los Derechos de los Habitantes del Parque Nacional, solicitando su apoyo con motivo del Centenario. Ana Pastor se ha comprometido a hacer llegar a todos los grupos parlamentario de la Cámara Baja el documento de FORO

FORO había hecho público este manifiesto el pasado día 12 de septiembre, en el Mirador del Pozo de la Oración, Cabrales. Como recoge tal documento, FORO entiende que “la gestión del Parque debe hacerse con la participación real de sus habitantes y la colaboración de las entidades locales, siendo necesario retomar las formas en las que el parque se conservó durante siglos y alejar la gestión de corrientes urbanitas destructivas con el equilibrio medioambiental”.

Considera, asimismo, que “las políticas basadas únicamente en el turismo están provocando masificaciones en algunos lugares mientras otros están totalmente abandonados” y   defiende “la necesidad de que las personas que ocupan puestos de responsabilidad en la gestión del Parque sean verdaderos conocedores del medio natural para asegurar su protección”. FORO urge también “volver a las costumbres con las que el parque se conservó durante siglos y alejar la gestión de corrientes urbanitas destructivas con el equilibrio medioambiental”.

Texto íntegro:

MANIFIESTO DE FORO EN DEFENSA DE LOS DERECHOS DE LOS HABITANTES DEL PARQUE NACIONAL DE PICOS DE EUROPA CON MOTIVO DEL I CENTENARIO DE SU CREACIÓN

Las sombras inaceptables de la gestión del Parque Nacional de Picos de Europa

Cuando una nación, como España, y una Comunidad Autónoma, como el Principado de Asturias, celebran el I Centenario del más antiguo de sus Parques Nacionales, y una parte importante de los vecinos que habitan en sus terrenos sienten tal desafección hacia la gestión del organismo publico encargado de su  gestión que les lleva a no sentirse motivados a celebrar nada, las alarmas han de sonar.

Desde hace más de cinco mil años, los pobladores de ésta tierra nuestra conformaron un patrimonio natural único, una riqueza ambiental incomparable, una diversidad inimitable y un paisaje espectacular, el de los Picos de Europa, con huertas, praos de siega, invernales, majadas en los puertos, bosques y también, por qué no decirlo, matorral; con osos, rebecos, urogallos, truchas, salmones, y también, por qué no decirlo, lobos y, recientemente, cormoranes; en definitiva una enorme biodiversidad que actualmente, cien años después de la creación del Parque Nacional de Covadonga, hoy denominado Picos de Europa, se ve amenazada por la desprotección de las personas que viven en su territorio, y de los usos y las costumbres ancestrales que la venían conservando y salvaguardando, en un claro y continuado descuido o desprecio por parte de quienes dicen ser sus “gestores”.

Las ovejas y las cabras están desapareciendo a causa de la imposibilidad de la convivencia con una cantidad absolutamente desproporcionada e incontrolada de lobos que se alimentan con el patrimonio natural y personal que constituye el sustento de sus habitantes. Los daños, directos e indirectos, en desaforado aumento, hacen imposible continuar su labor a muchos ganaderos, que se ven obligados a abandonar su medio de vida.

Mientras que en países como Francia, los ganaderos de alta montaña son considerados cómo un cuerpo especializado en la conservación del medio natural y su cultura, aquí en Asturias son tratados cómo “adversarios" o “estorbos”. Un espacio sin ganaderos es un espacio menos diverso, abocado al matorral y a un aumento exponencial de la posibilidad de incendios. Y en ese contexto el abandono de saberes tradicionales cómo el manejo del ganado o la elaboración de quesos, es una pérdida patrimonial irreparable de nuestro acervo cultural, agrícola y ganadero que no nos podemos permitir.

Urge un cambio de rumbo de 180º en el modelo de gestión del Parque Nacional y en el perfil profesional y la mentalidad de los titulares de las labores de conservación, para que accedan a los puestos de responsabilidad personas competentes y expertas conocedoras del medio natural a proteger, capaces de entender:

Porque una política exclusivamente elitista o turística, orientada exclusivamente a los visitantes que ignora irresponsablemente a los habitantes, solo conduce a la masificación en lugares concretos del Parque Nacional, mientras abandona otros lugares fundamentales a su suerte, sin ningún tipo de señalización ni asistencia adecuada. El Parque Nacional requiere un modo integral de organizar y ordenar sus carreteras y sus accesos, que resulta indispensable, tanto en los espacios de aproximación como en su interior. Se requieren a su vez, servicios dignos y puntos de información rigurosa para el visitante.

También se echa en falta el reconocimiento, el cuidado y el respeto a la práctica del deporte en el medio natural, cómo las carreras de montaña, que es una actividad sana y lúdica cuyo disfrute es ejemplarmente compatible con la protección del medio ambiente.

Todas estas cuestiones -y algunas más- deben abordarse desde los conocimientos y las perspectivas más cercanas. La gestión del Parque Nacional debe de respetar, primero, y ser cercana, después, a sus habitantes, a sus vecinos y a sus instituciones locales, que deben de ser respetados y atendidos para proteger sus derechos como personas, y tienen que tomar parte mucho más activa en la gestión a la hora de superar esa perspectiva lejana, urbanita, negligente y destructiva, que ignora la visión local y aún no ha alcanzado a comprender el verdadero alcance del tesoro cultural, natural, medioambiental y etnográfico que tenemos los asturianos y los españoles.