Álvaro Solano: “En un discurso histórico donde la oposición al enemigo musulmán es una seña de identidad, el elemento femenino es fácilmente presentable como actriz de leyendas que fortalezcan el ejercicio del poder real astur”

“La concubina Sisalda, las Cien Doncellas que anualmente protagonizarían un tributo legendario, y las santas Eulalia de Mérida y Leocricia de Córdoba reforzaron espiritualmente el poder de los monarcas ovetenses”

Solano presentará el libro “Las Reinas de la Monarquía asturiana y su tiempo (718-925) el día 27 de diciembre en un acto organizado también por ‘El foro de Asturias’

Álvaro Solano, profesor de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, ofreció esta tarde una conferencia organizada por ‘El foro de Asturias’ dentro del programa ‘Asturias, Centenarios 2018’, en la que repasó la historia de ‘Las Reinas de la Monarquía asturiana y su tiempo (718-925). Éste será el título también del libro que está a punto de publicarse y cuya presentación se efectuará el próximo día 27 en otro acto organizado por la tribuna cultural e intelectual de FORO.

Solano trató, ante el numeroso público que llenó el salón de actos del Hotel Exe de Oviedo sobre la biografía de 22 mujeres, aunque no todas fueron reinas: 12 reinaron en Asturias o fueron consortes de Reyes y el resto están vinculadas a la realeza. Se trata de Ermesinda, Adosinda, Ximena, Munia, Urraca, Paterna, Nuña, Leodegundia, Jimena, Nunilo Jimena, la anónima madre de Silo, Urraca Banu Qasi, Folibiuba, Nunilo u Ozenda, la anónima hermana de Pelayo, Gaudiosa, Sisalda, Santa Eulalia, Santa Leocricia, Creusa, Bertinalda y otra Ximena, que comparte espacio con las hermanas de San Pelayo.

Según Solano, “el Reino de Asturias es un periodo de la historia enormemente oscuro, esquivo a muchas informaciones, debido a dos razones: en primer lugar, por la escasa conservación de fuentes de información que permita conocer muchos aspectos, y lo contradictorio que pueden resultar en algunos puntos las que han llegado hasta nosotros; y por otro lado, por el inseparable relato construido en torno a estos episodios atendiendo a intereses políticos y legitimadores desde la propia época de la Monarquía Asturiana hasta hace apenas unas décadas o incluso hasta la actualidad. Si esto puede decirse de la más tradicional historia de esta época, vinculada a la figura de los reyes; tanto mayores son las dificultades para rastrear el pasado de estas mujeres”.

Recordó que ya en los tiempos de los monarcas astures “la memoria de las reinas resultó oscurecida, pues apenas se conoce el nombre de tres de ellas en las crónicas escritas en la época. Por eso se hace necesario recurrir a otro tipo de testimonios como la documentación de archivo o la epigrafía monumental, que contribuyen a iluminar este panorama”.

“Junto a todo ello, es necesario recurrir al antedicho relato que historiadores, eruditos, genealogistas y las propias tradiciones fueron generando alrededor de estas mujeres y que en absoluto está exento de interés histórico. Precisamente la parquedad de las fuentes y testimonios fidedignos hizo de estas reinas y sus familias un útil instrumento legitimador de personalidades e intenciones políticas”.

Entre ellas se destacan una serie de «funciones» que cada una de estas reinas cumplen preferentemente, una faceta de su vida que la historiografía ha destacado sobre cualquier otra. La investigación se ha estructurado, pues, en dos grandes partes. La primera de ellas engloba catorce mujeres cuya existencia nos resulta segura gracias a lo que las fuentes, valorando sobre todo las más cercanas a la época, cuentan sobre ellas. Esta relación se distribuye en cinco grupos que aglutinan cada uno de los capítulos en función de ese papel preponderante que la tradición o la historiografía les ha adjudicado y que sobresale más en su biografía. Así, un primer grupo dedicado a comprobar el papel primordial de las reinas como continuadoras del linaje de Pelayo y Pedro de Cantabria aborda la historia de Ermesinda, Adosinda y Ximena. A continuación, tres nuevos conjuntos agrupan nueve mujeres que cumplen el papel de plantear o sellar algún tipo de alianza del Reino de Asturias con territorios y poderes distintos a tres niveles: por un lado, con las aristocracias de zonas periféricas del Reino que es preciso integrar bajo las instancias del poder de los reyes -casos de Munia de Álava, Urraca de Galicia y Paterna de Castilla-. Por otro, con aquellos otros núcleos cristianos que comienzan a surgir como foco de resistencia a la dominación andalusí en otras latitudes, que se limita al naciente Reino de Pamplona en la historia del Asturorum Regnum en su siglo final de existencia, por lo que acoge las biografías de Mummadona, Leodegundia, Jimena y Nunilo Jimena. Y, por último, dos mujeres que representan los contactos asturianos con los poderes islámicos peninsulares en su época inicial y final, la madre de Silo y la reina Urraca banu Qasi. Y concluyen esta primera parte dos ejemplos de los que apenas tenemos referencias, pero ellas resultan claramente expresivas y bajo ningún aspecto pueden ser caracterizadas de legendarias: Froiliuba y Nunilo Ozenda.

A continuación, las últimas ocho damas estudiadas forman la segunda parte, teniendo en común todas ellas que su existencia es, si no un mito, cuanto menos enormemente dudosa. Tres grupos distribuyen estas reinas legendarias, siendo el primero el de las mujeres de la vida de Pelayo, que pueden considerarse tan oscuras como la biografía del propio caudillo. Y, en un discurso histórico donde la oposición al enemigo musulmán es una constante seña de identidad, el elemento femenino es fácilmente presentable como actriz de leyendas y relatos que fortalezcan y legitimen los orígenes y el ejercicio del poder real astur. Este papel lo desempeñarán la concubina Sisalda, las Cien Doncellas que anualmente protagonizarían un tributo legendario y las santas Eulalia de Mérida y Leocricia de Córdoba que reforzarán espiritualmente el poder de los monarcas ovetenses. Una función de diseño de la memoria en la que, de manera interesada, se deslizarán elementos positivos y negativos con nombre de mujer, como las que forman el conjunto final del libro: la silenciada Creusa, la imaginada Bertinalda que permitía el enlace con la Francia carolingia y de nuevo Ximena, duplicada en su tratamiento en este caso por ser protagonista de la leyenda.

Así, en su investigación el profesor Solano Fernández-Sordo reconstruyó ayer este panorama y presentó la historia que ha podido reconstruir de una veintena de mujeres que, o bien reinas de Asturias o vinculadas de algún modo a la familia y figura de los reyes, constituyen la perspectiva femenina sobre el Reino de Asturias.

En la tarde del próximo jueves 27 de diciembre está prevista dentro de los actos de Tribuna Ciudadana la presentación del volumen “Las reinas de la Monarquía Asturiana y tu tiempo (718-910)”, publicado por Marcial Pons Ediciones de Historia y la Fundación Juan-Miguel Villar Mir, y escrito por dicho investigador.