Oblanca: “Los espacios naturales de Asturias son excepcionales pero tienen que ser una fuente de riqueza para los ciudadanos que habitan en ellos”

“Lo mismo que los habitantes de las comarcas ribereñas sufren las consecuencias de las riadas y de los daños, tienen que disfrutar de la riqueza de los ríos”

“La ley vigente sobre regulación de la pesca es un despropósito secuela de los problemas creados, año tras año, por los gobiernos socialistas de Areces y Fernández”

El diputado de FORO en la Junta General del Principado, Isidro Martínez Oblanca, intervino esta mañana durante el Pleno en el que se debatió una propuesta de modificación de la Ley 6/2002 de protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas continentales, una ley que Oblanca considera “sistemática y habitualmente incumplida por la el Gobierno de Javier Fernández” y que “perjudica el desarrollo de las actividades vinculadas al medio rural y a sus habitantes”.

 

Para el diputado de FORO, “la Ley socialista vigente es propia de un prohibicionismo enfermizo y de la animadversión a la gente del campo y del mundo rural que caracteriza a la izquierda”.

 

La propuesta de modificación legislativa, presentada por el Grupo Popular, fue apoyada por los diputados de FORO y rechazada por la mayoría de la Cámara.

 

Intervención del diputado de FORO ante el Pleno de la Junta General :

En nombre del grupo parlamentario de FORO anuncio el voto favorable a la toma en consideración de la Proposición de Ley para modificar la vigente ley  6/2002 del Principado de protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas continentales, en los artículos relativos a la comercialización de las especies piscícolas que acaba de señalar el portavoz del Grupo Popular, autor de esta proposición.

Lo hemos venido defendiendo en esta Tribuna y lo reiteramos hoy: los ríos asturianos necesitan una normativa apegada a la realidad y al territorio, que implique el aprovechamiento tradicional y la gestión eficaz de la pesca del salmón y de la trucha y más vigilancia real frente a la contaminación, al furtivismo y a los depredadores. Estos son problemas que los gobiernos socialistas han fomentado durante décadas a pesar del deterioro de las poblaciones de truchas y de salmones.

De ahí que, tal y como comprometimos en el programa de FORO, consideramos conveniente puntualizar que la vigente Ley 6/2002 de protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas continentales, necesita una modificación en profundidad con objeto de adecuar su contenido a las necesidades de los ríos asturianos y evitar el bochorno de contemplar el catálogo de incumplimientos en los que la propia administración autonómica del Principado incurre año tras año, desde su promulgación.

Tenemos vigente una ley muy deficiente e ineficaz  para  dar solución a los problemas que han creado año tras año los gobiernos socialistas del Sr. Areces y del Sr. Fernández en la gestión de unos espacios excepcionales y de un recurso autóctono -como es la pesca fluvial- que constituyen uno de los hechos diferenciales característicos del patrimonio natural de Asturias. Los espacios naturales de Asturias son excepcionales pero tienen que ser una fuente de riqueza para los ciudadanos que habitan en ellos.

Por eso en un pleno anterior hemos presentado una enmienda, cuyo texto aceptó a trámite  el PP, en la que proponíamos crear una ponencia para revisar esta ley 6/2002, ponencia cuyos trabajos deberán de concluir antes del 31 de diciembre de 2016, con el objetivo de adecuar su contenido a la protección real y eficiente de los ecosistemas y a la regulación positiva de la pesca fluvial, eliminando las previsiones puramente burocráticas que la propia administración autonómica del Principado ha incumplido sistemáticamente desde su promulgación.

La necesidad de autorizar de manera ordenada y controlada la comercialización de truchas y de salmones es, en primer lugar, una medida de justicia distributiva entre asturianos, propia de un prohibicionismo enfermizo y de una animadversión a la gente del campo y del mundo rural que caracteriza a la izquierda.

Señorías: cuando los ríos traen desgracias con sus grandes riadas, las inundaciones las sufren y las pagan los habitantes de las comarcas ribereñas. Pero resulta que la riqueza de los ríos no la pueden disfrutar los que padecen sus daños.

En segundo lugar, vivimos tiempos en los que se han puesto en valor las producciones artesanales y la cocina basada en los productos cercanos o de proximidad. Uno de los recursos creadores de riqueza y empleo en las comarcas ribereñas asturianas es la Gastronomía basada en los platos tradicionales de su cocina.

Desde FORO volvemos a preguntar a los responsables ¿Cómo es posible entender que Asturias exhiba a orillas del río Sella tres restaurantes “estrella Michelín” y que ninguno pueda ofrecer en sus cartas salmón del Sella por una prohibición administrativa? Por eso, desde FORO defendemos la figura del Pescador Ribereño, susceptible de ser reconocido por medio de carné acreditativo que facultará, en su caso, para la comercialización de la pesca. Por eso mismo apoyamos la comercialización de la pesca fluvial, regulando los requisitos de los establecimientos autorizados para incluir estos platos en sus menús. Todo ello en el marco de una revisión más profunda y completa del texto de la obsoleta ley vigente 6/2002 de protección de los ecosistemas acuáticos y de regulación de la pesca en aguas continentales, sistemática y habitualmente  incumplida por la Administración del Principado.

En definitiva, y como señalé al principio, votaremos a favor porque para nosotros es necesario promover una gestión equilibrada de los espacios naturales protegidos del Principado de Asturias. Eso precisa del factor humano, es decir de la implicación de los habitantes del Medio Rural para contribuir a la mejora de la fauna y flora protegidas y puesta en valor de las especies cinegéticas y piscícolas. Todo ello sin olvidar la máxima protección y respeto a las actividades tradicionales vinculadas al medio rural y al propio ser humano, y favoreciendo el desarrollo de nuevas actividades que permitan generar riqueza y bienestar a los habitantes de estos territorios, y respetando para ello de forma escrupulosa sus derechos, intereses y actividades económicas.