En primer lugar quiero agradecerles la invitación a asistir a esta ceremonia de entrega de premios de la décimo octava edición del Premio Fundación Banco Sabadell a la Investigación Económica.

En esta ocasión, el Jurado ha querido reconocer las aportaciones de doña Irma Clots-Figueras en sus trabajos de investigación cuantitativa sobre aspectos de género en la economía política.

Quisiera dedicar mi intervención a dar mi visión sobre por qué considero tan pertinente esta distinción y por qué son tan necesarios trabajos de este tipo. Lo hago desde la perspectiva de un político, de un Gobierno, comprometido con la causa de la igualdad entre hombres y mujeres.

Hace unos días, leyendo un artículo de Cristina Carrasco sobre educación, me encontré con una imagen muy inspiradora. La autora invitaba a que nos imaginásemos un mapa del mundo hecho con la mirada desde Australia.

Seguro que alguna vez han visto alguno. A primera vista, parece un mapa al revés. Lo primero que pensamos es: esto está mal, a este mapa hay que darle la vuelta.

En una segunda mirada nos damos cuenta de que simplemente ha cambiado la perspectiva. Lo que ocurre es que no conseguimos encontrar nada. Todo ha cambiado de sitio: donde debería estar Europa, aparece el Océano Pacífico y en el lugar habitual de África nos encontramos con Rusia.

Esta nueva mirada sobre la geografía nos exige un esfuerzo, pero también tiene sus recompensas. Vemos cosas que antes nos pasaban desapercibidas: ampliamos nuestra visión del mundo. Con el mapa habitual sabemos situar los lugares porque lo tenemos interiorizado; con el nuevo, nos perdemos.

Frente a esto, además, surge la pregunta, ¿cómo un mapa puede estar al revés si lo que representa es un globo que se mueve por un espacio sin referentes?

La visión que nos han enseñado siempre nos parece tan única que la primera reacción cuando aparece una distinta es decir que está al revés.

Me parecía muy sugerente esta imagen porque es una metáfora de lo que ocurre cuando introducimos la perspectiva de género en cualquier ámbito, especialmente en aquellos temas que tradicionalmente se han considerado masculinos como la política o la economía.

Y también al contrario, en aquellos que tradicionalmente se han visto como femeninos, sobre todo, el ámbito de los cuidados.

Tenemos tan interiorizada la mirada patriarcal, que nos perdemos, incluso hay quien dice que está mal. Sin embargo, a todas luces parece que por mucho que estemos acostumbrados, lo que está mal es…

Hoy, sabemos de sobra que no hay democracia sin mujeres en la toma de decisiones y en la representación política, y que nuestro sistema se hace insostenible si no contemplamos un reparto justo y equitativo del empleo y los cuidados. Como también sabemos que erradicar la violencia de género es la gran asignatura pendiente que tenemos como sociedad.

A todo ello se ha comprometido mi Gobierno. Comenzamos por llevar la paridad a todos los órganos de decisión y, desde esa voluntad de normalizar el equilibrio en la toma de decisiones, trabajamos para enfrentar la desigualdad entre hombres y mujeres que aún arrastramos de manera estructural.

Nuestro objetivo es tan sencillo como ambicioso: acelerar el tránsito desde la igualdad formal que hoy nos garantiza nuestro marco legal hasta la igualdad real, la del día a día, la que elimine todas las brechas y acabe con la violencia de género.

Tenemos el convencimiento de que esta tarea tiene que ser transversal y ha de involucrar a toda la sociedad: desde las aulas al diseño de la red de transporte público; desde los presupuestos hasta las políticas públicas de salud; desde la cultura hasta los medios de comunicación; desde los juzgados hasta las ayudas al empleo.

Así, tenemos la voluntad de extender la coeducación en todas las etapas educativas, así como superar la “brecha de expectativas” en nuestra juventud, esa que hace que las jóvenes, teniendo los mejores expedientes académicos, consideren que las carreras científico-técnicas son demasiado difíciles para ellas….y por supuesto trabajar especialmente en la prevención de la violencia de género.

También diseñar nuestros presupuestos con perspectiva de género, hacer un esfuerzo formativo en igualdad para el conjunto de profesionales determinantes en ese tránsito de la igualdad formal a la igualdad real y poner en marcha el Plan de Igualdad en el seno de la administración pública, entre otras medidas que iremos desarrollando a lo largo de la legislatura.

En esta tarea, en la que debemos involucrarnos no sólo los poderes públicos sino el conjunto de la sociedad (y creo sinceramente que hay un grandísimo consenso social que respalda este objetivo) son importantes reconocimientos como este premio y son muy valiosas las aportaciones que se están haciendo desde el mundo académico y de la investigación social, como es el caso de la premiada esta noche, doña Irma Clots Figueras, porque nos proporcionan conocimientos y herramientas para transitar por la geografía de la igualdad.

Movimientos sociales tan poderosos como el feminismo, que han propiciado en los últimos años algunas de las manifestaciones ciudadanas más vigorosas en torno a la fecha del 8 de marzo, nos apremian a avanzar decididamente por ese camino.

La igualdad no es el mapa al revés sino la mirada que durante tanto tiempo nos ha faltado para hacer nuestra democracia más sólida y nuestra sociedad más justa y, por tanto, mejor.

Enhorabuena y a seguir avanzando con decisión.

Queda convocada la decimonovena edición del Premio Sabadell Herrero a la investigación económica.

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