La Cátedra de la Innovación apuesta en su último informe por impulsar el modelo público-privado para reforzar la I+D+i en Asturias

La Cátedra para el análisis de la Innovación en Asturias (C_innovA) apuesta por un modelo de inversión en I+D+i que impulse la colaboración público-privada en la comunidad para converger con las regiones más desarrolladas. En su último estudio, analiza el efecto inversor en ciencia, tecnología e innovación sobre la productividad y aconseja la creación de redes entre empresas, universidad y centros de investigación.


El consejero de Ciencia, Innovación y Universidad, Borja Sánchez, ha participado hoy, junto con el rector de la Universidad de Oviedo, Ignacio Villaverde, en la presentación de este informe, en un acto al que han asistido representantes del ecosistema científico e innovador asturiano: empresas, centros tecnológicos y centros de investigación.

Los responsables de la Cátedra de Innovación, Fernando Rubiera y Esteban Fernández, han explicado las principales conclusiones del documento Innovar para crecer: análisis del efecto del esfuerzo inversor en I+D+i sobre la productividad de las regiones españolas, disponible en la web de la cátedra.

El informe incide en varias cuestiones:

La inversión en I+D+i es uno de los motores fundamentales del crecimiento económico de un territorio por su capacidad para incrementar la productividad. Sin embargo, las inversiones pueden tener un impacto mayor o menor, en función del nivel de desarrollo de cada territorio y de la procedencia pública o privada de los fondos.

Los efectos de la inversión tardan tiempo en hacer efecto, pero se prolongan de modo consistente y continuado. Los autores estiman que hay una latencia de una década, aproximadamente, para poder medir el impacto global. Esto lleva a plantear que es preferible un gasto continuado y mantenido en el largo plazo. El informe pone de relieve que, si se quiere garantizar un crecimiento económico de Asturias basado en la I+D+i, “se necesita un consenso político que garantice que se mantendrán los esfuerzos inversores a lo largo del tiempo”.

Tanto la inversión pública como la privada son fundamentales, pero su papel varía en función del nivel de desarrollo de la comunidad. En regiones altamente desarrolladas y con tejidos empresariales de gran intensidad innovadora la inversión privada en I+D+i tiene un efecto significativamente más elevado. Es el caso de comunidades como Madrid, País Vasco, Cataluña o Navarra. En el otro extremo, se sitúan aquellas con un menor desarrollo, como Andalucía, Murcia o Canarias, donde el papel de la inversión pública es determinante

Asturias se encuentra en un nivel de desarrollo intermedio, junto con Aragón, Cantabria o Valencia. En estas comunidades es aconsejable acompasar la inversión pública y la privada. Es decir, la Administración pública debe estimular y potenciar que el sector privado invierta en I+D+i, al tiempo que continúa realizando esfuerzos de carácter público.

Para estos territorios de desarrollo intermedio, como el Principado, el informe destaca la importancia de los modelos de colaboración público-privada que integren organismos públicos, centros de investigación y empresas privadas, donde se generen redes y se desarrollen proyectos conjuntos.

Estas recomendaciones están en sintonía con algunas de las líneas que ya ha puesto en marcha el Gobierno de Asturias, como el incremento de las ayudas a la I+D+i empresarial, el apoyo a la creación y desarrollo de centros de investigación e innovación vinculados a grandes empresas y el impulso al programa Misiones Científicas, en el que han participado seis grandes consorcios con un centenar de compañías, grupos de investigación, centros tecnológicos y entidades sociales.

La Cátedra de la Innovación en Asturias está impulsada por la Consejería de Ciencia, a través de la sociedad Gestión de Infraestructuras Públicas de Telecomunicación del Principado (Gitpa), en colaboración con la Universidad de Oviedo.